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¿Sabes qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de comer carbohidratos?

La ciencia explica por qué no deberías privarte de ese plato de pasta que tanto te gusta


15 de marzo de 2018 - 16:58 CET

Con la llegada del buen tiempo el número de personas que se apunta al gimnasio para no tener que utilizar el bañador de las que no quieren hacer abdominales, aumenta. También el de quienes optan por seguir planes détox, prueban todo tipo de dietas milagro o eliminan algunos alimentos de su dieta pensando que son perjudiciales. Ya te adelantamos que reducir el consumo de azúcar es bueno, tanto para tu peso como para tu piel, pero con otros alimentos puedes lograr el efecto contrario. Eso mismo es lo que sucede si dejas de tomar carbohidratos, al menos es lo que asegura un estudio elaborado por la Universidad de Harvard y con el que coinciden otros expertos.

Dolce & Gabbana© Dolce & Gabbana

El miedo a los carbohidratos ha aumentado en los últimos años, y se debe en parte a la fobia que ha surgido en torno al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno que solo es perjudicial para quienes son intolerantes a ella. Para el resto, consumir carbohidratos no solo no es malo, sino que evitarlos puede reducir tu memoria, hacer que tus músculos se fatiguen más rápido, tengas hambre con más frecuencia e incluso llegues a sufrir algún que otro mareo. “Una dieta rica en carbohidratos es crucial para la salud cerebral”, explica Lisa Mosconi, profesora asociada de neurociencia de la Universidad de Nueva York en su libro Brain food: the surprising science of eating for cognitive power.

Según indica la experta, este tipo de alimentos están repletos de antioxidantes, vitaminas del grupo B y minerales, esenciales para que el cerebro funcione correctamente. Además, al descomponerse se convierten en glucosa, una de las principales fuentes de energía para que el cuerpo y el cerebro funcionen correctamente y no sientas sensación de fatiga o cansancio.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que una dieta saludable debe ser baja en grasas (menos del 30 por ciento de calorías), tienes que tomar cinco piezas de fruta y verduras al día, la cantidad necesaria de proteína y debe haber una ingesta de hidratos de carbono que suponga entre el 55% y el 75% del consumo diario. Eso sí, es recomendable que se tomen carbohidratos complejos, presentes en cereales o arroces integrales, legumbres, avena o batata. El motivo es sencillo: son de absorción lenta, por lo que tu cuerpo tendrá energía durante más tiempo. Eso hará que tengas hambre con menos frecuencia -así podrás espaciar un poco más tus comidas- y no eleva de forma rápida el nivel de glucosa en la sangre.

Pero no creas que puedes alimentarte a base de pasta integral a partir de ahora. Hay que combinarlos con otro tipo de alimentos, no excederse en las cantidades y elegir las mejores horas para consumirlos, solo de ese modo no terminarán haciéndote aumentar de peso. Los expertos recomiendan tomarlos en un rango de horas que va desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde y que su cantidad se vaya reduciendo conforme avanza el día.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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