6 cosas que podemos aprender de las chicas que nunca hacen dieta

Anota estos buenos hábitos para seguir una alimentación saludable sin apenas esfuerzo


21 de febrero de 2018 - 18:45 CET

Vivir siempre a dieta no es necesario para mantenerse en forma. A veces basta con restringir el consumo de ciertos productos o con incorporar nuevos gestos a nuestra rutina, que no siempre están relacionados con la alimentación, para llevar una vida más saludable. Pero la realidad es que nos preocupa lo que comemos. Al menos eso es lo que asegura un estudio realizado por TNS para Google que concluye que, a lo largo del año pasado, cerca de un 70% de los españoles han buscado información relacionada con la alimentación saludable.

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Gigi Hadid© Getty Images

También nos importa nuestro peso, tanto que el 76% -según datos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad- aseguran no sentirse cómodos con su talla actual. Eso invita al aumento de las dietas que a veces, al no contar con la supervisión de un profesional y ser demasiado restrictivas, llevan a la mayoría a fracasar en el intento y a no conseguir los objetivos deseados (un 81% asegura que ha dejado su régimen). Por eso deja de contar calorías y aprende estos trucos que siguen las mujeres que nunca hacen dieta.

Experimenta en la cocina

Uno de los motivos que desaniman a muchas personas a comer una mayor cantidad de frutas y verduras o de carne y pescado a la plancha es la falta de creatividad. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Colorado, si aderezas tus comidas con especias y hierbas o las cocinas de un modo imaginativo, tienen el mismo poder saciante y te dejan igual de satisfecho que un alimento rico en grasa.

No pongas connotaciones negativas a los alimentos

Si te empeñas en clasificar todos los dulces como alimentos malos y en demonizarlos no conseguirás nada, solo comerlos en mayor cantidad. Eso concluye un estudio elaborado por la Universidad de Toronto tras privar a un grupo de mujeres de chocolate durante una semana y observar que el nivel de antojo aumentaba. Otro estudio, elaborado por la misma universidad algunos años después concluyó además que si te prohíbes un alimento y lo etiquetas como malo, solo piensas en él y terminas comiéndolo sin medida.

En lugar de contar calorías, busca alimentos saludables

Si te empeñas en que tu dieta tenga solo 1.000 calorías, es posible que te pierdas algunos alimentos con alto poder nutritivo y muy saludables como el pescado azul, el aguacate, las nueces o los aceites de oliva y de coco. En lugar de sumar las calorías de cada alimento, céntrate en preparar un plato que contenga todos los nutrientes que necesitas como proteína, verduras y una fuente de grasas saludables siguiendo siempre la regla de dividir el plato en tres tercios. Así evitarás pasarte con las cantidades.

Que no te engañen los alimentos 'light'

En teoría los alimentos con bajo contenido calórico o sin grasa no son malos, el problema es que muchas veces tienen un alto contenido en carbohidratos que, al descomponerse, se convertirán en azúcar en tu cuerpo y contribuirán al aumento de peso. "Las mujeres que no hacen dieta siguen leyendo etiquetas de ingredientes”, explica la nutricionista Lori Shemek en su libro How to Fight FATflammation.

Toma azúcar, pero de forma inteligente

El azúcar añadido no es muy saludable para tu cuerpo: aporta calorías, pero ningún nutriente esencial. Por eso es recomendable evitar productos con esta sustancia y, para que engañarnos, cuanta menos cantidad añadas a tu café o a tu té, mucho mejor. Eso no significa que renuncies totalmente a este ingrediente. Muchos nutricionistas recomiendan que prestes atención a tu cuerpo y veas que cantidad puedes tolerar sin sentirte después hinchada y cansada -recuerda que la cantidad no será muy elevada-. También que priorices y pienses si es mejor endulzar tu bebida o comer un par de galletas.

No todos los días son una ocasión especial

A veces son los donuts que una de tus compañeras ha llevado al trabajo para celebrar su cumpleaños. Al día siguiente las cervezas, con su correspondiente aperitivo, al salir de la oficina. Llega el fin de semana y comes o cenas un par de veces en restaurantes y, como no te apetece cocinar, tiras de recetas sencillas. No puedes prescindir de estas ocasiones, pero si saber que para no arruinar tu figura no deben ser más de dos a la semana.

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