Compartimos ropa con nuestras amigas, madres y hasta nuestros novios, pero ¿podemos contar con la ayuda de los hombres cuando hablamos de bolsos? Si bien durante décadas las mujeres hemos ido incorporando al armario femenino un montón de prendas masculinas, ellos no han avanzado en la misma dirección. Aun así, hemos venido a decirte que hay esperanza. Tenemos la teoría de que Jacob Elordi será capaz de enseñar a los chicos la diferencia entre un tote y un pouch, e incluso llegar a convencerlos de fichar los últimos modelos de las firmas de lujo.
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La colección de Jacob Elordi: todo comenzó con el favorito de Carrie Bradshaw
Para Jacob Elordi, los bolsos son protagonistas de cualquier conjunto, y hay una razón práctica detrás. El protagonista de Euphoria ha dicho en más de una ocasión -le preguntan por esto cada cierto tiempo- que siempre lleva consigo un ítem de cada "categoría": un libro, un bloc de notas, una cámara analógica, rollos de película, un bolígrafo... También lleva un reloj de bolsillo, que fue un regalo de su madre, con la hora de Australia.
Unas fotografías del actor con su Baguette de Fendi negro, cruzado sobre el pecho, desataron este furor en 2019, cuando él apenas estaba dándose a conocer. El asa superior de este diseño es tan corta que hace que caiga justo debajo el brazo, imaginando el cliché francés de la barra de pan. Este estilo no se asocia habitualmente con los chicos por su escasa funcionalidad, pero Jacob ha demostrado que existen formas de adaptarlo al día a día. Lo mismo con el resto de modelos en su amplísima colección, con la que solo podemos soñar.
Los hombres y sus bolsos, una historia de altibajos
Ya desde la Antigüedad, e incluso todavía en el Renacimiento, cuando la mayoría de las prendas carecían de bolsillos, era costumbre que los hombres llevaran consigo pequeñas bolsas de tela para las especias, hierbas y dinero. El concepto fue adoptado posteriormente por la aristocracia, que ideó las primeras riñoneras del mundo, elaboradas en piel. Con la industrialización, en paralelo a la democratización de los viajes, el maletín ganó popularidad. Luego llegarían las mochilas utilitarias, puestas en servicio de la guerra, hasta extenderse el uso de los bolsos cruzados en los 80, gracias a Indiana Jones.
El minimalismo de la década posterior relegó el bolso a los brazos de las mujeres, mientras que los hombres se aferraron a estilos casi completamente prácticos. Para quienes buscaban algo más estiloso, surgió el término "metrosexual", desconocido (menos mal) para la generación Z. Por suerte, ni Timothée Chalamet ni Jacob Elordi tendrán que enfrentarse al escarnio público por completar sus looks con un bolsito de exquisito cuero italiano.
¿Qué lo diferencia de Timothée Chalamet?
A medida que las barreras del género en la moda se difuminan para complacer a una generación nueva de consumidores, los esmaltes de uñas, el maquillaje, los anillos o los bolsos pasan a ser productos unisex. Sin embargo, llama la atención que, a diferencia de Harry Styles y Timothée Chalamet, con quienes se asocia esta corriente más vanguardista, Jacob Elordi presume de una imagen absolutamente masculina, a la que incorpora estos accesorios como contraste. Es un referente realista para hombres que tienden a la funcionalidad, los colores neutros y siluetas clásicas, sin florituras ni estridencias. Tal vez por eso nos gusta tanto.
Los modelos más exclusivos de las firmas de lujo
En su colección, no solo encontramos apuestas relativamente asequibles, como el messenger mediano de lona Triomphe con estampado, de Celine (1.100 euros), o el bolso de hombro Locò, de Valentino Garavani (1.980 euros). Pharrell Williams envió al australiano dos bolsas de viaje Speedy P9 40 en colores diferentes, haciendo de ellas las incorporaciones más caras a su repertorio. Cada una se vende por 9.250 euros porque, a diferencia de otros modelos clásicos de Louis Vuitton, esta nueva versión se realiza al completo utilizando piel de becerro.
Una estrategia a largo plazo: ahora es embajador de Bottega Veneta
Una firma de lujo se ha aficionado por encima del resto a las cualidades del actor australiano. Bottega Veneta está especializada en la confección artesanal de bolsos de piel, así que la idea de fichar como embajador a un galán de cine que nunca usa los bolsillos de sus pantalones parece de lo más acertada. Jacob Elordi había sido fotografiado en las calles desde 2022 luciendo diseños de la marca: desde los modelos clásicos, como el Padded Cassette (3.900 euros) que se puede lucir colgado al hombro, cruzado sobre el pecho o de la mano, hasta colaboraciones exclusivas, como el tote de edición limitada con el logo de la icónica librería Strand de Nueva York (1.500 euros).
No es cuestión de preguntarse si vino primero el huevo o la gallina. Está claro que la casa veneciana, actualmente liderada por Louise Trotter, mantenía una alianza secreta con Jacob Elordi antes de que este protagonizara su primera campaña. Y les ha funcionado la estrategia porque el hecho de que fuera él, y no una it girl, quien hiciera el debut del bolso Andiamo mediano (4.500 euros) en la primavera de 2023 hizo que este lanzamiento generara aún más revuelo, consolidando el estatus del que fuera Nate en Euphoria como referente de estilo para tanto chicos como chicas.
¿Se ha gastado 50.000 euros en bolsos?
En octubre de 2023, Elordi decidió acabar con el mito. Jamás se ha comprado un bolso de lujo. Así se lo confesó a la revista GQ en una entrevista: "La gente que tiene tanto dinero no lo gasta. Simplemente te mandan cosas. Me alucina". Entonces, ¿todo es publicidad? "Quizás eso debería ser algo que se exponga", continuó. Está claro que al actor no le acompleja que muchos de sus complementos (tal vez todos) sean regalos de las marcas más demandadas del sector del lujo.
Ellas se han beneficiado de su reputación de icono joven del cine para vender estos productos a una nueva audiencia, mientras que él ha conseguido que su nombre sea sinónimo de elegancia masculina fuera de las salas de butacas.
Y esto importa. Maya Hawke, la exitosa hija de Ethan Hawke y Uma Thurman, explicó en un episodio del pódcast Happy Sad Confused que, al momento de hacer los castings, los estudios de cine analizan el número de seguidores en redes sociales que tiene cada actor.
"La línea entre actor y celebridad se ha vuelto extremadamente borrosa". Una afirmación que comparte Elle Fanning, a quien rechazaron para un papel en una gran franquicia cinematográfica con la excusa de que "no tenía suficientes seguidores".