Podría elegir entre mil destinos y,
sin embargo, la magia de este pueblo consigue arrastrarla hasta el Mediterráneo
cada agosto. Con Arpard Buzón y el hijo de ambos, Arpard Flynn, el cuerpo
disfruta de las cálidas aguas de la isla, se relaja en la piscina, hace
footing, inmortaliza sus vidas con un pequeño vídeo y rara vez pisan
el puerto. En la misma cala de su casa, a la que acuden todas las tardes
después de comer, les esperan siempre dos impresionantes Rivas de caoba
con las que hacerse a la mar. Por la noche, cenas a la luz de las velas,
bajo la luna restaurantes y fiestas hasta el amanecer. |
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