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Tierra marina, refugio de versos y cantos
intimistas, mar misterioso amigo y verdugo, lluvia y bruma matinal, trocito
de la Europa verde, ciudades cargadas de historia, aldeas perdidas, altas
montañas y un sinfín de rías que recortan la costa de vertiginosos acantilados
hacen de la bella y mágica Galicia -una región cargada de ancestrales tradiciones
y salpicada de hórreos y cruceiros-, el lugar idóneo para perderse del resto
del mundo y encontrarse a sí mismo. |
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| El último lugar que acaricia el astro
rey -tan perseguido por todos en las jornadas veraniegas- y aquel donde
los antiguos pensaban que terminaba la tierra, conquista, sin embargo, a
todos cuantos la visitan, además de por su incomparable paisaje de verde
vegetación y mar embravecido, por su comida, por el buen trato de sus gentes
y, en definitiva, por la tranquilidad que se respira en Galicia. |
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Condesa de Montarco
y familia, SanXenxo