"MI ABUELA, CARMEN POLO, siempre me comprendió... En cuanto al abuelo, he de decir que tengo un recuerdo suyo más de adulta. De la época en la que cenábamos en una bandeja delante del televisor, en el Pardo... De mi madre sólo puedo decir que siempre me ha apoyado en los momentos difíciles, en contra incluso del parecer de mi padre ".
"CUANDO SE MURIÓ MI HIJO, aunque yo era muy joven, empecé a pensar en la muerte. Y, desde entonces, ha estado presente en mi vida y a mi lado... Por eso, yo tengo una especie de reto con la muerte porque, aunque se ha llevado a mis seres queridos, esos seres queridos siguen ahí, dentro de mí. En esto sí que soy fuerte..."
Su abuela fue la persona que más influyó en su vida, no en vano fue su nieta preferida, y con ella tuvo más confianza que con sus propios padres. Ella fue la primera persona a la que Carmen dijo que iba a separarse de su marido, Alfonso de Borbón, y de ella aprendió, también, a no hablar nunca mal de la gente.
En febrero de 1984, después de que su matrimonio con Alfonso de Borbón quedara anulado, Carmen pierde a su hijo Francisco en un accidente de coche. Meses después, se enfrentaba a la pérdida de Matilde, la hija de Jean-Marie.