Se bajó de los escenarios para subirse a uno más exigente, el de la historia. Y aunque hay mil y una escuelas de interpretación, aún no se ha inventado ninguna que imparta clases para aprender a ser princesa o primera dama en la vida real. Por amor, Angélica Rivera, conocida cariñosamente como 'La Gaviota' gracias a uno de sus papeles de mayor éxito en la telenovela Destilando amor, se ha lanzado al cumplimiento de un papel con el que jamás soñó. Acostumbrada a ser portada de las revistas por su fama de actriz desde los años ochenta, tras su boda con Enrique Peña Nieto asumió que estaba proclamando un 'sí, quiero' a los cuatro vientos lleno de responsabilidades y renuncias.
El guión de su vida, la real, en la que no acepta un "corten" ni la repetición de una escena, la ha llevado a ser la primera dama de su país. Después de que su marido haya sido investido este sábado, 1 de diciembre, nuevo presidente de México, tomando el relevo de Felipe Calderón, Angélica Rivera ha dado un paso adelante, justo al lado de su marido. "Hoy es un día muy importante para nuestro país. Estoy convencida que el honor que representa para mi esposo servir a todos los mexicanos, dará resultados positivos. Compartir mi vida con él me ha dado la oportunidad de conocerlo como ser humano, como padre y como profesionista, y tengo la certeza que los próximos seis años viviremos en un México mejor. Los invito a que juntos rescatemos el orgullo y la dignidad de ser mexicanos", ha escrito Rivera en su perfil personal de las redes sociales.
Para su primera aparición como primera dama, Angélica lució su imagen más elegante y sofisticada con un precioso vestido de color gris perla con encaje y manga larga, que combinó con unos zapatos de tacón en tono 'nude' y la melena suelta y ligeramente ondulada. Un estilismo muy acertado para la ocasión, con el que demostró su buen gusto pero sin llamar mucho la atención para dejar todo el protagonismo a su marido.
A pesar del ajetreo, las constantes reuniones y el ritmo frenético de sus primeras horas como dirigente del país, el mejor momento para Enrique Peña Nieto llegó cuando se reunió con sus hijos Paulina, Enrique y Nicolle, fruto de su primer matrimonio con la fallecida Mónica Pretelini, además de las hijas de su mujer, Sofía, Regina y Fernanda, de su relación con el productor José Alberto Castro.
El papel más importante de su vida
No fue la industria cinematográfica la que concedió a Angélica Rivera el gran papel de su vida. Fue el destino, confabulado con el amor, el artífice de convertir a la 'reina' de las telenovelas en primera dama de México. El suyo no es el primer caso, ni será el último, de una saga de mujeres que nacieron para ser estrellas y que acabaron cediendo buena parte de ese relumbrante estrellato a favor de la carrera política de sus maridos. La actriz contrajo matrimonio con el hombre de sus sueños en noviembre de 2010, consciente de que su carrera política provocaría un giro de 180 grados en su vida profesional (dejó un mundo que le apasionaba, el de la televisión y el espectáculo) y más aún en su vida personal (se convirtió en madre de seis hijos, a los que se ha entregado en cuerpo y alma).
Su estilo personal ha sufrido una clara evolución desde el año 2008 hasta convertirse en la nueva primera dama. El peinado, el maquillaje, el vestuario e incluso la forma de caminar y sonreír han adquirido un evidente toque de sofisticación y es que tras los meses de "entrenamiento", ha aprendido a hacer de la discreción y el recato sus señas de identidad más sólidas.
Sereno, con la banda presidencial cruzada al pecho, después de la ceremonia en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Peña Nieto se dirigió al Palacio Nacional para dar un mensaje a sus conciudadanos y posteriormente tuvo lugar el saluda a las Fuerzas Armadas en el Campo Marte. "Servir a México representa el más alto honor de mi vida. Corresponderé a él con absoluta entrega y compromiso. Hoy nos une México y la pasión de transformar a nuestro país", escribió en su perfil de las redes sociales.
Entre las numerosas autoridades con las que se reunió el nuevo dirigente mexicano, se encontraba el príncipe Felipe, ya que desde 1996 viene asumiendo la representación de nuestro país en las Ceremonias de Transmisión del Mando Presidencial de los Jefes de Estado iberoamericanos. Así, este domingo don Felipe ofreció a Peña Nieto la colaboración de España en su nueva estrategia de seguridad y ambos estudiaron también la posible participación de empresas españolas en el ambicioso plan de infraestructuras que se proyecta en México. El príncipe mantuvo su primera entrevista bilateral con el presidente tras el almuerzo que éste ofreció en el Castillo de Chapultepec a las personalidades que asistieron a su toma de posesión.
Según destacaron fuentes de la Casa Real española, en el encuentro quedó de manifiesto el conocimiento que tiene el presidente mexicano de la realidad española y del potencial y la calidad de sus empresas en sectores como las infraestructuras. Junto a la cooperación en el ámbito económico, el Príncipe de Asturias ofreció a Peña Nieto la colaboración de España en la estrategia integral de seguridad que quiere poner en marcha en el país, otro de los ejes de su mandato. Como es tradicional, don Felipe entregó al presidente mexicano una carta con un mensaje del rey Juan Carlos y le trasladó una invitación para visitar España. Después, don Felipe emprendió su viaje de regreso a nuestro país.