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ASÍ FUE LA BODA DE ARANTXA DEL SOL Y FINITO DE CÓRDOBA

21 OCTUBRE 2001
Arantxa del Sol entró del brazo de su padre, Juan Luis Maciñeiras, en la iglesia Santa Marina de Aguas Santas de Córdoba casi una hora más tarde de la hora prevista. Frente al altar, le esperaba Juan Serrano, Finito de Córdoba, que ante la demora de la novia comentó: “Esperaré a Arantxa el tiempo que haga falta, este es el mejor paseíllo de mi vida”.

Finito de Córdoba llegó cuando sólo faltaban cinco minutos para las cinco de la tarde a la iglesia más taurina de Córdoba, en Santa Marina fue bautizado Manolete y frente a ella se erige un monumento en recuerdo del malogrado diestro. Con Finito iba su madre, Carmen Pineda, elegantemente vestida con un traje en tono rojo del modisto Tony Benítez con el que lucía una mantilla negra.

El sol salió cuando llegó Arantxa
La novia, como marca la tradición, se hizo esperar un poco más. Arantxa del Sol pisó la alfombra roja que le llevaba a la iglesia cuando faltaba un cuarto de hora para las seis de la tarde. La lluvia, que a intervalos caía sobre la ciudad de la mezquita, cesó cuando la presentadora bajó del Rolls-Royce con el magnífico vestido que Lorenzo Caprile había realizado para ella.

Un vestido, como había adelantado Arantxa a la revista ¡HOLA!, blanco y de raso, con un precioso escote barco y con pliegues que se abrían a partir de la rodilla para darle más volumen en la falda. Como toda novia llevaba algo nuevo, su traje; algo prestado, los pendientes con perla en forma de lágrima y brillantes que le había dejado Cristina Yanes, y algo viejo, un pañuelo antiguo que le había regalado un amigo.

Los cordobeses les demostraron su cariño
Los numerosos cordobeses que recibieron a los novios y sus invitados a su llegada no permitieron que ni la lluvia desluciera el día: engalanaron los balcones cercanos a Santa Marina con mantones de manila y vitorearon al novio, a la novia y a los cerca de seiscientos invitados, en su mayoría pertenecientes al mundo del toro, como Enrique Ponce, Rafa Camino y El Juli que acudieron a la celebración. Y la pareja, ya convertida en marido y mujer en la ceremonia oficiada por el sacerdote Miguel Castillejo, quiso agradecer las muestras de cariño de los cordobeses paseando, después, en coche de caballos descubierto desde Santa Marina de Aguas Santas hasta la iglesia conventual de San Jacinto donde Arantxa ofrendó su ramo de novia a la Virgen de los Dolores y Juan Serrano, Finito de Córdoba, entregó un capote bordado con la imagen de la misma Virgen, a cuya Hermandad pertenece el torero, mientras cantaba el coro rociero de la Paz y la Esperanza

Banquete y fiesta flamenca
El palacio de Viana, una construcción del siglo XIV, fue el lugar escogido por la pareja para celebrar con sus invitados su enlace. El menú reunió los platos más destacados de la gastronomía asturiana, de donde proviene la novia, y de la cordobesa, ya que el torero, aunque nació en Sabadell, se siente profundamente unido a la tierra de sus orígenes. Las mesas, de nueve o diez personas, exquisitamente decoradas en blanco y beige con centros de rosas y velas, contribuyeron a crear el ambiente perfecto para disfrutar de un día tan especial para Arantxa y Finito. Después del banquete, siguió una divertida fiesta flamenca que se prolongó hasta altas horas.