29 MAYO 2001
Después de mucho barajarse fechas y lugares, Carlos Menem y Cecilia Bolocco contrajeron matrimonio el pasado sábado. No fue en Anillaco, la localidad natal del ex presidente argentino, lugar previsto en un principio y, siendo un enlace espectacular, quizá no se pudo celebrar como ellos hubiesen querido –pretendían que las fiesta se prolongase tres días-, pero lo importante es que han visto cumplido su sueño de convertirse en marido y mujer. Ni siquiera la ausencia de Zulemita, la hija de Menem, que no aprueba el nuevo matrimonio de su padre, pudo empañar un día tan especial. El ex mandatario justificó a la joven afirmando que “es muy celosa”, aunque confió en el que el tiempo “podrá curarlo todo”.
Al día siguiente de la boda
La pareja decidió quedarse en Buenos Aires –donde, según han confirmado, establecerán su residencia definitiva- tras la boda debido a la investigación que se está llevando a cabo sobre un supuesto tráfico ilegal de armamento que podría haber tenido lugar durante el mandato de Menem. La pareja no podrá por lo tanto, y por ahora, comenzar su viaje de novios, lo que no quiere decir que no estén viviendo su particular luna de miel. Por ello el domingo, al día siguiente de su boda, una vez alejados del bullicio, dejaron constancia de su felicidad en la Rioja Golf Club, donde el ex presidente practicó su deporte favorito y no paró de prodigar muestras de cariño a su nueva esposa ante la atenta mirada de decenas de personas. Carlos Menem y Cecilia Bolocco, aprovecharon su estancia en el campo de golf de la Rioja para conversar y bromear con los más pequeños.
Su mayor deseo, ser padres
Y es que su mayor deseo es ser padres pronto. El ex mandatario argentino, de 70 años y la ex miss Universo chilena, de 36, han asegurado que les gustaría tener un hijo. Ayer el recién estrenado matrimonio abandonó la Rioja rumbo a la capital federal argentina en un jet privado pilotado por Menem. Ante la insistencia de los periodistas sobre una posible maternidad, Cecilia respondió: “Ojalá”, expresión que su marido subrayó con un: “Dios quiera”; y describió a su esposa como “una mujer encantadora, capaz, talentosa y que quiere a la gente. Además, es muy buena ama de casa”.
|