5 ABRIL 2001
Catherine Fulop está pasando por uno de los peores momentos de su vida en el plano afectivo. Su separación de Osvaldo Sabatini, como informábamos, es ya un hecho, mientras los rumores de un romance con el actor argentino Oscar Martínez siguen en pie, aunque los interesados ni lo confirman ni lo desmienten.
La decisión que tomaron Catherine y Osvaldo no ha sido fácil, ya que, como ella misma dice, ‘Ova es maravilloso, por eso es más peso para mí, ya que, de no ser así, todo sería más fácil. Pero él es divino y yo siempre he sido una buena mujer con él. No es fácil terminar con una pareja que tiene dos hijas pequeñas. Si no tuviéramos hijos …no importa nada. Ya está, nos vamos. Pero esto es mucho más complicado’.
—Catherine,¿dónde crees que está la felicidad?
—En el amor. Yo estoy buscando la felicidad, porque si algo voy a dejarles a mis hijas es que puedan decir que su mamá siempre fue feliz o, por lo menos, lo intentó. Es el mejor ejemplo que puedo darles.
—¿Buscaste ayuda frente a tu crisis matrimonial?
—Sí, comencé a ir a una psicóloga. Tengo y tenía muchos problemas que superar. Mi marido también se está analizando. Además, los dos buscamos los consejos de un padre que es amigo nuestro. Es un sacerdote de nuestra edad.
‘ORIANA ESTA MUY NERVIOSA’
—¿Cómo le explicaste a tu hija mayor, Oriana, lo que pasa?
—Oriana está muy nerviosa, como si sintiera que puede perdernos. Hoy tuve que decirle que sus padres tienen problemas, pero que no tienen nada que ver con ella y que la queremos sobre todas las cosas, que, aunque pase lo peor, que un día no vivamos juntos, ella no va a perder a su papá ni a su mamá. Es muy difícil y duro todo este tema habiendo hijos. No es como cuando uno está solo, que termina la relación y puede enamorarse. No quiero que estas nenas el día de mañana digan:«Mamá,¿por qué dejaste a papá? ¿Por qué te enamoraste de otro hombre?¿Dónde está?
—¿Tu primera separación de Fernando Carrillo hace que pienses mucho más esta vez?
—Supongo que uno lo piensa más, pero Fernando no tiene nada que ver con Ova, ni como persona ni como matrimonio. No es que sea malo ni nada, pero son distintos. Además, no teníamos hijos. Yo también soy impulsiva, por eso tengo que tomar todo con mucha calma, porque se trata de mi familia, de mi hogar. Quiero pensarlo bien. A veces pienso: ‘¿no será un impulso mío?’.
—¿Cómo crees que influye que se haya dicho que en tu matrimonio anterior dejaste a Carrillo por Osvaldo y que ahora se diga que estás separándote por Oscar?
—Eso influye mucho y es feo que se diga eso. Pero si aparece una tercera persona es porque esa pareja ya está mal. No dejé a Carrillo por Ova. Nuestra pareja ya no existía. Yo vivía aquí y él en Ibiza y salía con otras chicas.¿Cuándo lo dejé yo por otra persona? En mi matrimonio pasado ya había un vacío en mí porque había muchos fallos. Y ahora con Ova también hay huecos que no estuvieron cubiertos y que no nos permitieron hacer cosas a ninguno de los dos.
—¿Cuándo sentiste que te ahogabas?
—Con el nacimiento de Tiziana sentía que no podía recuperarme. Me empecé a sentir mal con mi físico, con mi cara. Me empezaron a salir granos, se me caía el pelo. Tenía alopecia como Carolina de Mónaco, pero parcial. Se me caía el pelo a mechones. Todos los meses tenía un herpes en la boca. ‘¿Por qué te enfermas tanto?’,me preguntaba. Algo anda mal en la vida. Hoy estoy llena de culpas y miedos.
Me gustaría decir: ‘Ova está dispuesto a cambiar y todo va a ser distinto’.Pero esto no puede pasar de la noche a la mañana. No quiero que sigamos juntos por el hecho de tener dos hijas hermosas; porque la casa es bonita; porque él es lindo, porque es bueno, porque yo soy buena. De esta forma nos va a faltar lo esencial, lo que un ser humano tiene que aspirar en la vida, que es sentirse realmente amado, protegido, comprendido, admirado, respetado …todo. Y digo amor porque el amor es todo eso.
—¿Hablaste con Gabriela Sabatini o con tu suegra, Betty?
—Con Gaby no he hablado todavía, necesitaría estar tranquila; pero sí con Betty. Ella siempre quiere saber y le pido que esté tranquila. Igual que a mi mamá. Esto es únicamente una cosa de pareja, aunque sé que nuestras madres quieren que estemos juntos y que no se destruya la familia. Les dije que estar sin amarse no sirve. La pareja no tiene que permanecer unida por los hijos.
—¿Todavía amas a Osvaldo?
—Creo que sí. Es el padre de mis hijas, un hombre maravilloso. O le quiero, no sé. Me duele todo esto. Le quiero o le amo por los momentos divinos que vivimos, como el nacimiento de nuestras hijas, pero falta el chispazo que nos vuelva a enamorar.
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