Después de un mes de conflicto, el matrimonio ha decidido llegar a un acuerdo fuera de los tribunales
El tenista y su esposa, Bárbara Feltus, se casaron en 1993 y tienen dos hijos, de seis y un año
9 ENERO 2001
Lo que la prensa alemana ha calificado como la "Guerra de los Becker" (haciendo clara referencia a la popular película de La guerra de los Rose en la que Michael Douglas y Kathleen Turner protagonizaban uno de los procesos de divorcio más duros de la gran pantalla) puede tener su fin en los próximos días. Boris Becker y su todavía esposa, Bárbara Feltus parecen haber recapacitado sobre su comportamiento y están dispuestos a frenar el espectáculo en el que se ha convertido su separación.
La pareja tratará de arreglar los términos de su divorcio y la custodia de sus dos hijos fuera de los tribunales, según han anunciado sus abogados. El juez de Florida que lleva el caso ha aceptado aplazar la audiencia, que debía comenzar ayer, hasta el 18 de enero para que tengan tiempo de llegar a un acuerdo. Tanto el tenista como su esposa intentan poner fin al conflicto con "dignidad y privacidad". "Ambas partes están muy esperanzadas y ven muy cerca un compromiso", declaró Samuel L. Burstyn, que defiende los intereses de Bárbara Feltus, a la salida del tribunal de Miami donde se celebró una nueva vista del caso. La comparecencia de los abogados ante el juez Maynard Gross duró menos de siete minutos y fue retransmitida en directo por varias cadenas privadas de televisión alemanas. Si los Becker no llegan a un acuerdo, las cadenas de televisión SAT 1 y N24 están preparadas para retransmitir en directo todo el proceso desde la sala, haciendo así uso de un derecho que existe en Estados Unidos, aunque no en Alemania.
El pasado diciembre la pareja anunció su separación. Bárbara Feltus se trasladó entonces a la casa de vacaciones del matrimonio, valorada en tres millones de dólares, en Fisher Island (Miami) junto a sus hijos, Noah Gabriely Elias Balthasar, de seis y un año respectivamente. La esposa del tenista reclamó ayuda para sus hijos en la corte de Miami y declaró que su marido le había abandonado.
Ha pasado más de un mes y parece que, tras varios escándalos, podrían llegar a un acuerdo extrajudicial. La parte más difícil de la separación es establecer la pensión compensatoria de Bárbara. Al parecer ella exige una cantidad muy superior a los cinco millones de marcos (aproximadamente 425 millones de pesetas) que figuran en el contrato prematrimonial. Además hay que decidir quien se queda con la custodia de los dos hijos del matrimonio.