5 ENERO 2001
El ex tenista alemán Boris Becker se presentó en el juzgado de Miami para finalizar los trámites de su divorcio. Ya es un hecho, Becker es, de nuevo, soltero. A pesar de intentar conseguir que su separación quedara en la más estricta intimidad, al solicitar que el caso fuera examinado a puerta cerrada, tras cuatro horas de audiencia, el juez determinó que el litigio entre Becker y su esposa, Bárbara Feltus, fuera de audiencia pública. Según el triple campeón de Wimbledon, “era la mejor fórmula para ayudar a proteger a mis hijos de las amenazas” que aseguró que están sufriendo a causa de su reciente separación.

Días atrás, Bárbara Feltus presentó una demanda ante un tribunal de Miami en la que solicitó que le concediera la custodia de los dos hijos que tuvo con Becker, Noah Gabriel y Elias Balthasar –de seis y un año, respectivamente-, además del uso exclusivo de la residencia en Fisher’s Island y una generosa asignación económica acorde con el alto nivel de vida al que está acostumbrada la familia.

Becker, que desde un principio había deseado que la separación fuera amistosa y no traumática para los hijos, acudió a Florida la semana pasada para llegar a un acuerdo con Bárbara pero, según todos los indicios, eso no fue posible.

En la demanda judicial, tramitada por el prestigioso abogado Samuel I. Burstyn, el tenista presentó una relación de todas sus cuentas corrientes, polizas de seguros, inversiones bursátiles, propiedades inmobiliarias y demás detalles de su patrimonio. En el escrito se pone especial énfasis en la dependencia económica total de Bárbara a su marido, motivo que, según especialistas en derecho matrimonial consultados por la prensa alemana, suele ser muy favorable a la mujer en pleitos de esta naturaleza.