MADONNA DIO EL ‘SÍ QUIERO' DEFINITIVO A GUY RITCHIE EN UNA ROMÁNTICA BODA CELEBRADA EN ESCOCIA

La cantante estadounidense lució un espectacular vestido de seda diseñado por Stella McCartney y el novio optó por el tradicional kilt, típico traje escocés

23 DICIEMBRE 2000
Madonna y Guy Ritchie ya son marido y mujer. La boda se celebró ayer a última hora de la tarde en el castillo escocés de Skibo, ante más de un centenar de invitados. La reina del pop lo tenía todo preparado. Quería que ésta fuera una boda de cuento y sin duda lo consiguió. Para ello eligió un precioso castillo situado en las tierras altas de Escocia. Lujoso, de difícil acceso y que le daba toda la intimidad, que un momento tan especial en la vida de una persona requiere. El fuerte de Skibo fue construido hace menos de un siglo por un magnate del acero, el estadounidense Andrew Carnegie.

Ceremonia religiosa
La ceremonia fue oficiada por la reverenda Susan Brown, una de las 210 mujeres que son ministros de la Iglesia anglicana en Escocia (iglesia que permite el matrimonio de divorciados, como es el caso de Madonna) y la misma que el jueves bautizaba a Rocco, hijo de Madonna y Guy Ritchie. “Los novios estaban nerviosos como cualquier pareja normal en el día de su boda”, comentó la reverenda tras la celebración.

Vestido gótico para la novia y kilt escocés para él
La novia lució un precioso vestido de seda de estilo gótico diseñado por Stella McCartney, hija del mítico ex beatle Paul McCartney, y valorado en más de cinco millones de pesetas. El novio optó por el tradicional traje escocés formado por el kilt –falda típica escocesa- y el morral de los montañeros de Escocia, todo ello perteneciente a su abuelo, el mayor Stewart Ritchie. La falda llevaba los colores típicos del linaje de su familia (el clan Hunting- Mackintosh).

Flores y velas, testigos del enlace
La ceremonia religiosa se celebró en una pequeña y acogedora capilla de Skibo adornada con miles de flores traídas desde Holanda para la ocasión. La pareja recibió los votos del matrimonio a la luz de cientos de velas, que iluminaban el lugar. La luz hacía brillar el brazalete (regalo del novio valorado en más de 13 millones de pesetas) que la novia lució para la ocasión e iluminaba el lugar con su continuo centelleo. En este romántico ambiente, Madonna, la reina del pop, dio el sí quiero a un Guy Ritchie deslumbrado por su belleza. “Se les veía muy naturales a los dos”, dijo uno de los invitados.

Más de un centenar de invitados
Junto a ellos, sus amigos fueron testigos de una de las bodas más celosamente secreta del año.

El primero en llegar al castillo fue el cantante Sting vestido con el tradicional kilt escocés, al igual que el novio, seguido de su mujer Trudi Styler, quien presentó hace un par de años a Madonna y Guy Ritchie durante una cena en Londres. Poco a poco, y con todo el sigilo del mundo, fueron apareciendo la modista Stella McCartney, la actriz Gwyneth Paltrow, madrina de la novia, George Clooney, Brad Pitt, Jon Bon Jovi, Rupert Everett, Elton John, que cantó una canción, A song for Guy, Bryan Adams, Jennifer Aniston, Robin Williams, Vinnie Jones y otras estrellas del mundo del espectáculo.

Banquete escocés con alternativas para los vegetarianos
Tras la ceremonia los invitados fueron conducidos a un lujoso salón en el que se ofreció el banquete. Langostinos, salmón, haggis (un manjar escocés hecho de asaduras de carnero), ostras, Aberdeen Angus beef (especialidad escocesa de carne de vacuno) y un menú alternativo para los vegetarianos como Madonna.

La tarta, la gran sorpresa
Después de la cena a la luz de las velas, la velada fue amenizada por los músicos de la Royal Academy de Tain. La sorpresa de la noche vino con la tarta de los novios, regalo de Sting y su mujer. Espectacularmente grande tenía forma de piano y el símbolo del Ave María grabado en caramelo sobre el teclado.

Los novios se cambiaron para el baile: Madonna lució un modelo de Versace y el novio vistió un traje azul oscuro. Los recién casados abandonaron el castillo el sábado por la mañana y está previsto que pasen una parte de su luna de miel en la finca que Sting tiene en el Estado de Wiltshire (suroeste de Inglaterra).