Tras una dieta para perder peso, el mayor reto al que nos enfrentamos es no volver a engordar. Pero nuestro cuerpo no nos lo pone fácil. Y recuperar algunos kilos es casi inevitable. ¿Por qué ocurre? Recientemente se ha descubierto que parte de la culpa la tiene una hormona, la ghrelina, que envía señales al cerebro diciéndole que debemos comer más. La investigación se ha publicado en la revista médica American Journal of Physiology, Endocrinology and Metabolism.
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