Sé menos complaciente...
...y dí: ¡hasta nunca gente tóxica! "Una persona tóxica puede generarnos malestar, sentimiento de inferioridad, podemos sentirnos manipulados, apáticos, más negativos, ninguneados o intimidados. No descartemos tampoco la humillación, incluso públicamente. Es importante 'desintoxicarnos', tomar distancia y aprender a canalizar las emociones que nos genera la persona tóxica. Efectivamente, esto no es sencillo, sobre todo si es nuestra pareja. Pero si no somos capaces de salir de esta espiral que nos hace daño a largo plazo puede derivar en baja autoestima o, incluso, en depresión. Conviene consultar con un psicólogo que nos ayude a tomar decisiones al respecto", señala la psicóloga de Siquia.