La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada 11 personas en todo el mundo sufre diabetes y considera que la cifra podría duplicarse en los últimos años. La falta de ejercicio y una dieta rica en productos procesados son dos de los principales factores que están elevando el número de diabéticos. Pero ¿en qué consiste la enfermedad y qué consecuencias tiene? Existen dos tipos de diabetes; la de tipo 1 que aparece cuando el páncreas no produce la suficiente insulina y que, desafortunadamente, no se puede evitar, y la de tipo 2 que sí se puede evitar y que se produce cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que genera. Con el tiempo, ambas dolencias pueden dañar el corazón, los riñones, los vasos sanguíneos y los ojos, llegando incluso a provocar ceguera.
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A día de hoy solo un 56% de las personas con diabetes cumple con su tratamiento y más de 2 millones de personas con diabetes tipo 2 están sin diagnosticar, cifras que podrían reducirse con medidas simples como controles regulares de glucemia y hábitos de vida saludables. Con el fin de minimizar el impacto de esta enfermedad y con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra el 14 de noviembre, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y la Federación Española de Diabetes han creado un decálogo para la prevención y el cuidado de los enfermos.
- Apóyate en tu farmacéutico de confianza: Además del médico tener en cuenta las opiniones de tu farmacéutico habitual te ayudará a controlar la enfermedad y a comprender mejor las recomendaciones del doctor. Uno de los mejores ejemplos es la ayuda que puede prestarte si el tratamiento no es compatible con otros medicamentos, algo muy frecuente ya que la receta para la diabetes suele incluir varios medicamentos para posibles enfermedades simultáneas (como la hipertensión), es por eso que el farmacéutico debe estar al tanto de toda la medicación del paciente para evitar posibles efectos adversos.
- Controla muy bien los síntomas: En caso de aparecer cualquier efecto no esperado con los medicamentos comunícalo de inmediato a tu médico y farmacéutico. Puede que no resulte un asunto de gran importancia pero serán ellos quienes deban decidir la gravedad del asunto y qué medidas deben tomarse.
- La alimentación será fundamental: Seguir una dieta mediterránea es una de las normas fundamentales para los pacientes, pues se trata de una alimentación equilibrada que previene las enfermedades cardiovasculares. Aunque es necesario tener un cierto control con lo que se come, las personas con diabetes pueden disfrutar de los mismo alimentos que alguien que no la sufra, eso sí, prestando especial atención al azúcar y las grasas saturadas. Hay que tener mucho cuidado también con los productos ‘light’, pues en muchas ocasiones a pesar de haber reducido los niveles de azúcar estos pueden ser demasiado altos para un diabético.
- Pie diabético, una complicación habitual: Uno de los efectos secundarios más frecuentes de esta enfermedad es lo que se conoce con el nombre de pie diabético, se trata del resultado de las alteraciones en la sensibilidad (neuropatía periférica) y en el riego de las arterias (artiopatía periférica). Estas alteraciones provocan que una simple herida o traumatismo desemboque en una úlcera o en una infección grave cuya única cura acabe siendo la amputación. Para evitar esta situación drástica es fundamental realizar exploraciones visuales y controles con frecuencia, usar plantillas a medida para reducir la presión con el calzado e hidratar diariamente para que la piel tenga más flexibilidad y que no aparezcan rozaduras ni fisuras.
- El ejercicio físico será tu mayor aliado: Junto con la dieta, la actividad física ocupa uno de los papeles más importantes en el desarrollo de la enfermedad. Y es que el ejercicio es un factor de protección frente a la resistencia a la insulina y a la regulación de la glucosa en sangre, pues hace que las células musculares sean más sensibles a la acción de la insulina y así el contenido de glucosa en sangre se vea mejor controlado. Sus beneficios se producen también a otros niveles: mejora la tensión arterial, el colesterol y la función cardiovascular. La OMS recomienda realizar 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana, aunque si se necesita bajar de peso sería conveniente realizar una actividad más intensa.
- La importancia de la higiene personal: Las personas con diabetes deben mantener una estricta higiene personal para prevenir complicaciones, y es que la piel de los diabéticos es especialmente sensible. Con los años la enfermedad debilita la circulación y la defensa de los tejidos que forma la piel, por eso es imprescindible el baño diario y secarse con delicadeza. Con la piel bien seca, es necesaria la aplicación de cremas y loción para que se mantenga bien hidratada, pero cuidado con el exceso de las mismas, pues la humedad tampoco es buena para las pieles sensibles.