La estancia en un balneario puede ser un plan perfecto para disfrutar de unos días de relax y reposo, para liberarse de todas las tensiones y del estrés físico y mental al que estamos sometidos a diario y para dejarse rodear por bellos escenarios inspirados en culturas ancestrales y por el relajante sonido del agua al caer. Pero los balnearios cuentan con un factor que va más allá de sus maravillosas instalaciones y, sin el cual, no podrían denominarse como tal: el agua minero-medicinal.
Este tipo de agua no es como el que encontramos en piscinas, spas u otros espacios acuáticos de recreo. El agua minero-medicinal es especial: procede de una fuente subterránea, no está contaminada por bacterias, su composición fisicoquímica permanece inalterable en el tiempo, contiene más de un gramo de mineralización por cada kilogramo de agua junto con otros componentes esenciales (como yodo, hierro, azufre, arsénico, radiactividad o CO2 libre) en una mínima cantidad, y ha sido declarada de utilidad pública por sus demostrados efectos terapéuticos. Estos rasgos convierten al balneario en un centro sanitario.
El médico, una figura imprescindible en los balnearios
Como en cualquier centro en el que se preste un servicio sanitario, en los balnearios la figura del médico es indispensable tanto para la atención y control del paciente como para la prescripción de los tratamientos. “Para realizar los tratamientos con aguas minero-medicinales, o lo que es llamado “cura termal”, es importante que el médico intervenga adecuando tanto el tipo de tratamiento como la duración del mismo a las necesidades del paciente”, indica Laura Gómez San Miguel, Directora médica de Balneario de Mondariz.
Y es que, las aguas son tratamientos seguros. No tendrán apenas efectos secundarios siempre y cuando se indiquen de una manera correcta y supervisada por personal especializado. “Las posibles alteraciones se pueden producir por no administrar bien las aguas, por un exceso de tratamiento en lo que respecta a los baños o debido a la falta de control médico en la ingesta de agua como cura oral. Sí, antiguamente las aguas mineromedicinales se administraban oralmente con la idea de prevenir enfermedades Fue a mediados de la década de los 20 en el siglo XX cuando las aguas de los balnearios son utilizadas también para tratamientos en bañeras y duchas”, recuerda la experta.
Aguas minero-medicinales: ¿Para tratamiento o para prevención de enfermedades?
Los beneficios para la salud del agua minero-medicinal han sido avalados por la evidencia científica en innumerables ocasiones. La ciencia sostiene que las aguas mineromedicinales son un buen complemento a los tratamientos médicos convencionales, al tiempo que ayudan a la prevención de ciertas enfermedades como las musculoesqueléticas (artrosis) y a la mejora de problemas respiratorios y de la piel”. Así lo explica la doctora Gómez San Miguel, quien añade que esta propiedad preventiva es la que atrae cada vez a más los jóvenes a frecuentar los balnearios.
Los efectos terapéuticos de las aguas minero-medicinales variarán según la composición química y las características de cada tipo de agua y en España existe una amplia variedad: aguas bicarbonatadas, aguas cloruradas, aguas ferruginosas, aguas sulfuradas, aguas sulfatadas, etc. Pero, en general, a nivel curativo todas actúan a tres niveles: físico, psicológico y estético.
- Beneficios físicos: La hidroterapia activa el sistema inmunológico, eleva el metabolismo y previene la hipertensión; pero además, gracias a las bañeras y chorros se consigue relajación muscular, por lo que los dolores de espalda, reumáticos y musculares, desaparecen. También mejoran los problemas digestivos, del aparato urinario y la próstata. Es recomendable en trastornos femeninos, enfermedades nerviosas y alteraciones de las vías respiratorias.
- Beneficios psicológicos: Los tratamientos consiguen que la persona se aísle del exterior, olvidando el estrés y centrándose en su propio cuerpo. Al relajar el cuerpo, la mente también se relaja y el malestar psíquico desaparece. “En el caso de Mondariz, el entorno natural propicia esa relajación con actividades como senderismo, visitas a enclaves históricos o cercanos o simplemente con paseos por el bosque que rodea el balneario o la senda por el río Tea hasta la Fuente de Troncoso”, indica la doctora.
- Beneficios estéticos: En los balnearios se suelen ofrecer ofrecen diferentes tratamientos de belleza (peeling corporal, hidratación facial, masaje reductor y anticelulítico, o tratamientos novedosos de miel, perlas, seda, cava o chocolate) Como en un balneario es fácil sentirse más relajado y tranquilo, esta sensación de bienestar se refleja en el exterior con un aspecto más luminoso y rejuvenecido. “Las aguas del Balneario de Mondariz están indicadas para luchar contra el envejecimiento”, añade Laura Gómez.
Beneficios de los diferentes tipos de aguas medicinales
Existen ocho tipos de aguas minero-medicinales cuya clasificación se hace en función del contenido de elementos minerales que tengan. Estos les otorgan una serie de propiedades con determinados efectos terapéuticos. “En el caso de Balneario de Mondariz, las aguas son bicarbonatadas, sódicas, ferruginosa, carbogaseosa, propiedades que permiten tratar desde anemias e infecciones alérgicas hasta trastornos psiquiátricos, al tiempo que pueden contribuir a prevenir otras enfermedades, como la artrosis”, aclara la doctora de dicho balneario.
- Las aguas bicarbonatadas son antiácidas, beneficiosas para el aparato digestivo, intestinal, hepático y renal.
- Las aguas cloruradas son antiinflamatorias y analgésicas y estimulan la cicatrización, mientras que administradas en bebida presentan importantes efectos digestivos.
- Las aguas sulfuradas se emplean para tratar problemas respiratorios y afecciones alérgicas, y tienen una importante acción mucolítica, cicatrizante y antioxidante.
- Las aguas carbogaseosas ejercen un efecto sedante y analgésico y estimulan la motilidad intestinal.
- Las aguas ferruginosas favorecen la regeneración de glóbulos rojos, lo que las hace idóneas para combatir ciertas anemias.
- Las aguas radiactivas se emplean en el tratamiento de contracturas musculares y en ciertos trastornos psiquiátricos.
- Las aguas oligometálicas son diuréticas, de interés para trata afecciones renales.
- Las aguas sulfatadas tienen propiedades diuréticas y actúan sobre el aparato digestivo.
Los hidrólogos destacan la importancia de que los médicos de familia conozcan las propiedades de los tipos de agua que tienen los centros termales para que puedan prescribir a sus pacientes el que mejor se adapte a su patología. Así, en estos espacios, cualquiera podrá poner a punto su salud y no solo dejarse seducir por los chorros de agua a presión que ayudan a fomentar la elasticidad de todos los músculos del cuerpo; por duchas efecto peeling que prometen renovar la piel; o piscinas en las que la temperatura del agua pone a prueba a los más valientes.