Durante las vacaciones, el que más y el que menos aprovecha para desconectar de la rutina que le persigue durante el año, para pasar más tiempo al aire libre, para coincidir con aquellas personas con las que le es tan complicado quedar en otra época o para, simplemente, dejar que la pereza haga de las suyas. Sin embargo, con septiembre llega el momento de abandonar la vida lúdica y volver a la realidad. Retomamos las obligaciones, las responsabilidades, los horarios estrictos, la falta de tiempo para hacer lo que nos gusta y los temidos madrugones... Por no hablar de que tomamos consciencia de todos esos excesos (económicos y alimenticios) cometidos durante las semanas que hemos estado ociosos.
Todas estas cuestiones propias de la adaptación al nuevo "curso" suelen provocar desgana, tristeza, apatía, insomnio, irritabilidad, fatiga, ansiedad, cansancio, dolor de cabeza, molestias en las articulaciones o, incluso, problemas de memoria. Estos síntomas han sido agrupados por expertos en inventar enfermedades bajo la denominación de “síndrome o depresión postvacacional”. Y es que, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni las principales clasificaciones internacionales reconocen la "depresión postvacacional" como una enfermedad. De ahí que, en los últimos años, haya sido la protagonista indiscutible del Día Mundial de las Enfermedades Inventadas o Disease Mongering Day, que se celebra el 1 de septiembre.
Los madrugones, un trauma para más de la mitad de los españoles
Quizá la resonancia que en los últimos años le han dado los medios de comunicación a la “enfermedad” y a los remedios para superarla haya alentado a que el síndrome postvacacional constituya una cuestión que cada vez preocupa a más personas que retoman su actividad laboral. De hecho, según un estudio realizado por la compañía Aora Health, volver a la rutina después de las vacaciones es un trauma para el 67.91% de los españoles.
Esta situación tiene una duración variable, pero en la mayoría de los casos (46.51%) dura, al menos, una semana. Para los españoles, lo más "duro" es madrugar y cumplir con los horarios (37.63%). Pero también les espanta la rutina (18.14%), la falta de tiempo (11.63%), la reducción de las horas de sol y la bajada de las temperaturas (11.62%). Según el estudio, el 31.16% de los encuestados se siente abrumado por no haber descansado lo suficiente durante las vacaciones, el 21.40% por los “kilos de más”, el 16.28% por no haberlas aprovechado mejor y el 15.81% por los gastos realizados, entre otras causas.
Consejos para que la “pereza” no nos impida volver a la rutina
Aunque no se puede considerar una enfermedad como tal, sí es cierto que existen ciertos trastornos asociados a la vuelta a la rutina que nos pueden complicar un poco la vida en las primeras semanas de trabajo. Los expertos proponen una serie hábitos que se pueden poner en práctica para prevenir, en gran medida, la aparición de estos síntomas. Gonzalo Peñaranda, director general de Aora Health, anima a abordarlo desde una perspectiva positiva.
- Sentirnos felices por tener trabajo, por abordar nuevos desafíos profesionales.
- Comenzar a prepararnos para el regreso una semana antes adoptando, de forma paulatina, un horario de descanso/vigilia similar al de la rutina laboral o escolar, sobre todo para los niños. No se trata de levantarse a las ocho de la mañana y acostarse a las diez de la noche en la última semana de vacaciones, pero sí intentar acercarnos a las costumbres que tengamos el resto del año.
- Poner en marcha otras rutinas como una alimentación saludable y el ejercicio físico. El retorno a la rutina puede ser más sencillo si se mantiene una dieta sana, rica en vegetales y frutas, así como una buena hidratación. También es importante dedicar todos los días algo de tiempo a realizar ejercicio moderado. La sensación de bienestar aumentará gracias a la generación de endorfinas, un neurotransmisor cuya liberación proporciona una sensación de placer y felicidad, además de permitir conciliar el sueño con más facilidad.
- Desarrollar actividades que enriquezcan nuestra mente y nuestro espíritu. En determinados casos es conveniente recurrir a técnicas de relajación, ya que permiten suavizar las molestias físicas que el estrés causa en el organismo, como dolor muscular, dolor de cabeza, etcétera.
- Disfrutar de momentos de ocio con tus seres queridos influyen en tu estado de ánimo. Por eso, es algo que tampoco se debe descuidar los primeros días de regreso.
- Marcarse pequeños objetivos a corto plazo ya que, según los expertos, al proponernos pequeños retos nos ilusionamos con el día a día.
- No te dejes llevar por el desánimo, si ves que a pesar de todos los intentos no puedes adaptarte a la rutina confía en la posibilidad de ayudarte con nutracéuticos de origen natural. Su uso continuado previene los problemas de estrés y contribuyen a una mayor sensación de bienestar.