Las fiestas de Navidad son una época muy entrañable, que a la mayoría de nosotros nos despiertan buenos sentimientos, pero también pueden ser un momento para que afloren emociones que pueden acabar generando conflictos entre familiares.
Como nos recuerda la coach Ixi Ávila, experta en Inteligencia Emocional, estos días nos pueden poner a prueba, puesto que se suelen vivir con mucha intensidad y estrés, aunque nos gusten. También nos sacan de la zona de confort y se pueden generar situaciones difíciles de gestionar cuando hay que compartir mesa con personas muy distintas a nosotras . ¿Qué podemos hacer para tener la fiesta en paz? Prepararnos emocionalmente, relativizar y comprometernos a poner todo de nuestra parte para que podamos pasar unas horas divertidas y entrañables. Porque de eso se trata la Navidad.
Adelántate a las situaciones de conflicto
Uno de los factores que pueden hacer que aumenten los desacuerdos y las discusiones en Navidad es el exceso de alcohol. Las bebidas alcohólicas nos desinhiben y, en algunas personas, pueden despertar la agresividad. Por ello, para evitar esta situación, puedes optar por disminuir la cantidad de alcohol que se sirva en la cena o en la comida.
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Política y religión, mejor para otro momento
Hay ciertos temas de los que es mejor no hablar en estas fiestas, ya que pueden generar muchos desacuerdos y conflictos. En ocasiones es inevitable entrar en ellos. Pero sí puedes marcar un límite y cambiar de tema cuando notes que la conversación puede empeorar. Hay muchos otros temas que no generan tantos conflictos. En cualquier caso, siempre se puede usar la comunicación asertiva para conversar sin discutir.
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Acepta a las personas como son
Hay que convencerse de que es muy difícil, por no decir, imposible hacer cambiar a alguien. Las personas sí pueden mejorar, pero siempre que sean ellas las que quieran hacerlo y se esfuercen. Por tanto, aceptando que cada cual es como es y que, por mucho que lo intentes, no vas a conseguir que esa persona o familiar se comporte de otro modo, podrás tener la fiesta en paz y dejarás de frustrarte. Eso sí, hay líneas rojas, que no puedes dejar que nadie traspase.
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El reparto equitativo evita conflictos
En estas fiestas, pueden surgir discusiones por los días que se van a pasar con la familia de sangre y la política. Una forma de evitar resquemores en unos y otros es tratar de hacer un reparto equitativo, así como el dinero que se invierta en regalos, viajes y compras.
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Colaborar en los preparativos
Resulta obvio decir que una forma de no suscitar recelos entre familiares, tanto de sangre como políticos, incluso con nuestros amigos, si celebramos las fiestas con ellos, es colaborar en todas las tareas de organización y limpieza. Tener la disposición de ayudar siempre aliviará la tensión que puedan tener los anfitriones y contribuirá a crear un mejor ambiente durante la celebración.
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No te tomes nada de forma personal
En ocasiones, cometemos el error de tomarnos los comentarios demasiado a pecho. Eso nos puede poner a la defensiva y enturbiar lo que podría ser un buen clima navideño. En cualquier caso, si algún familiar o amigo hace un comentario que es claramente una crítica hacia ti, entiende que esa ofensa habla más de la otra persona. Para defenderte sin caldear más el ambiente, responde desde la comunicación no violenta. Intenta relativizar la situación, ya que aquello que digan va a afectarte más o menos según la importancia que le des.
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Busca momentos de soledad y descanso
Las comidas y cenas navideñas pueden resultar muy intensas. Por ello, es importante que busques momentos en los que puedas hacer un parón para 'desintoxicarte' y coger fuerzas para seguir con la celebración con el mejor estado de ánimo posible. Recuerda que es esencial que te cuides, ya que si no estás bien contigo misma, difícilmente lo estarás con los demás.
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Relájate, todo pasa
Finalmente, recuerda que las Navidades pasan. Y que son solo unos días en los que el objetivo es estar bien en familia. Aprecia lo bueno que tienen las personas que te rodean y no veas solo las cosas negativas. En caso de discusión, ponle freno. Estas fiestas no son una guerra ni una batalla en la que hay que ganar. Lo ideal es buscar términos medios en los que todos se sientan comprendidos para que cada uno tenga el compromiso de mantener un buen clima durante las reuniones.
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