Estos exfoliantes naturales te dejarán la piel como nueva

Harina de arroz, de avena, azúcar, sal, aceite de oliva, cáscara de naranja ... Con todos estos ingredientes, que seguro tienes en la cocina, y si no, puedes adquirir fácilmente, puedes hacer exfoliantes naturales para cuidar tu piel.

Y es que exfoliar la piel es una apuesta segura, ya que al deshacerte de las células muertes, harás que cualquier producto funcione mejor y la piel se quedará más suave y limpia.  

Es recomendable que lo hagas al menos una vez por semana. La experta en cosmética natural, Victoria Moradell (@victoriamoradell), nos explica cómo hacer unos exfoliantes naturales aptos para cada tipo de piel. 

¿Cuáles son los exfoliantes más naturales para la piel?

Existen 2 tipos de exfoliantes naturales: 

1. Los físicos, elaborados con partículas: estos exfolian la piel mediante una acción mecánica, permitiendo una mejor renovación celular. 
2. Los llamados químicos: actúan retirando las células muertas, estimulando la regeneración de la piel, unificando el tono y reduciendo las manchas e, incluso, favoreciendo la producción de colágeno.  

Dentro de los químicos nos encontramos con diferentes sustancias:

Alfahidroxiácidos (AHA): el más conocido es el ácido glicólico, un ácido natural que se obtiene principalmente de la caña de azúcar. 

Betahidroxiácidos (BHA): el más conocido es el ácido salicílico, que procede de la corteza del sauce blanco.

En cosmética natural casera es más común utilizar los exfoliantes físicos, ya que hay que tener conocimientos avanzados sobre formulación cosmética antes de manejar los químicos.

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¿Cualquier piel se puede exfoliar?

Sí, todas las pieles agradecerán una buena exfoliación para eliminar las células muertas. Sin embargo, no todas aceptar cualquier producto. Según nos cuenta Moradell, hay exfoliantes que se adaptan a las pieles más sensibles. En el caso de los productos físicos para exfoliar la piel, las harinas y las arcillas son las mejores, ya que ejercen una mínima acción exfoliante, sin dañar este tipo de pieles. 

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¿Cómo hacer un exfoliante natural?

Hay que seleccionar los ingredientes más adecuados para nuestra piel o los que tengamos en la cocina. Una vez los tengamos, y tal como nos cuenta Victoria Moradell, hay que mezclarlos y añadir un poco de agua hasta conseguir una textura agradable. Aplicar sobre la piel húmeda mediante suaves movimientos circulares y ascendentes durante no más de 30 segundos cada zona. Evitar la zona del contorno de los ojos. Aclarar con abundante agua tibia y aplicar crema hidratante.

Aquí tienes algunas ideas para tu exfoliante casero. 

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Exfoliante con aceite de oliva y azúcar para pieles secas

Esta mezcla casera es perfecta para eliminar las células muertas y para hidratar y nutrir la piel. Puedes utilizarla tanto para la cara como para el cuerpo. Para hacer esta mascarilla exfoliante, utiliza dos cucharadas de azúcar por una de aceite. 

Exfoliante de avena para pieles sensibles 

Esta mascarilla es ideal si tu piel es sensible. Para hacerla, mezcla dos cucharadas de harina de avena (si no tienes, puedes moler los granos) y añade una cucharada de aceite de almendras. Este aceite, además de ser un poderoso hidratante, también ayuda a desinflamar. 

Exfoliante de harina de arroz y coco para pieles maduras

Con el paso del tiempo, las necesidades de nuestra piel cambian y con la edad, necesitamos hidratar más y despigmentar para quitar esas manchas que nos aparecen al cumplir años. Esta mezcla de harina de arroz y aceite de coco derretido es perfecta para ti. Mezcla dos cucharadas de harina de arroz y una de aceite. 

Exfoliante de naranja y leche para las manchas

Con esta mezcla tu piel parecerá más joven, ya que irás eliminando poco a poco esas manchitas que tanto nos envejecen. Para esta mezcla necesitarás dos cucharadas de cáscara de naranja desecada y pulida y una cucharada de leche de animal o de avena. 

Exfoliante de sal y aceite de almendras para hidratar el cuerpo

Esta mezcla es buena para la piel del cuerpo. Lo único que tienes que hacer es mezclar dos cucharadas de sal más una de aceite de almendras. Aplícala sobre la piel húmeda y masajea suavemente y retira con abundante agua.