Un ataque de vértigo es una de las situaciones más angustiosas que puede sufrir una persona. Cuando ocurre, de repente, y sin previo aviso, se tiene la sensación de que el movimiento del cuerpo o de los objetos de la estancia no van a parar de moverse nunca. Este trastorno provoca incapacidad en el que lo padece mientras esta situación dura. Además de la ansiedad que queda cuando se supera debido al miedo a que vuelva a ocurrir. Para entender por qué ocurre el vértigo, qué tratamientos hay y si hay plantas medicinales o remedios caseros que podamos utilizar para mejorar, hablamos con Cristina Fernández del Centro de Información del Medicamento del Consejo General de Farmacéuticos.
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¿Qué es el vértigo?
El vértigo es una sensación subjetiva de movimiento del entorno o bien de nuestro propio cuerpo. Algunos pacientes lo describen como rotación del ambiente, balanceo o inclinación. Se produce por lesiones a nivel vestibular (oído interno) o bien a nivel del tronco cerebral.
Las personas más propensas serían aquellas que presentan alguna patología o lesión asociada directamente a la causa, es decir, personas con una lesión del oído interno o del tronco cerebral y cerebelo, pacientes con patología cerebrovascular, situaciones de artrosis cervical, etc.
No obstante, en términos generales, parece presentarse con mayor frecuencia en mujeres y a partir de los 50-60 años de edad.
Causas del vértigo
Como se ha citado en el punto anterior, el vértigo puede estar causado por problemas en el oído interno (vértigos de origen periférico) o debido a lesiones del tronco cerebral (vértigos de origen central).
Los tipos más frecuentes de origen periférico son el vértigo posicional paroxístico benigno y la enfermedad de Meniere. Por otro lado, los vértigos centrales se producen principalmente ante desajustes vertebrales a nivel de la zona cervical que reducirían el flujo sanguíneo, malformaciones como la de Arnold-Chiari, trastornos isquémicos/ ictus, algunos tipos de migraña, esclerosis múltiple o neoplasias.
En general, los vértigos periféricos son de comienzo más brusco e intenso, acompañados de otros síntomas auditivos o de náuseas/vómitos. Los de origen central suelen ir asociados a síntomas neurológicos: inestabilidad al caminar, visión doble o pérdida de agudeza visual, debilidad, descoordinación, entre otras.
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Tratamientos para el vértigo
En el caso de vértigo de origen periférico, se administrarían fármacos destinados a modificar la transmisión nerviosa del oído interno, como antihistamínicos H1, anticolinérgicos y antagonistas dopaminérgicos (como sulpirida). También pueden utilizarse diuréticos para disminuir la presión del líquido en oído interno o corticoides para reducir la inflamación.
Los antihistamínicos H1 (cinarizina, dimenhidrinato, flunarizina…) reducen la sintomatología tanto en cuadros de origen central como periférico. También en los casos de origen central se utilizarían vasodilatadores cerebrales, como dihidroergocristina.
En algunos pacientes pueden ser necesarios ansiolíticos (diazepam, lorazepam, alprazolam…) para reducir la ansiedad provocada por el ataque de vértigo. Cuando existen cuadros de migraña asociados, resultarían de utilidad antiinflamatorios no esteroideos o antimigrañosos.
Los fármacos de elección por la mayoría de los pacientes son los antihistamínicos por la rapidez de su efecto y por la menor incidencia de efectos secundarios.
En casos de contractura muscular a la altura cervical, que pudiera afectar al riego sanguíneo, sería eficaz el tratamiento fisioterapéutico. Para el vértigo posicional, suelen resultar útiles ciertas maniobras realizadas por el especialista basadas en movimientos bruscos de cabeza y cuello y cambios bruscos de postura (Maniobra de Epley y Maniobra de Semont).
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¿Qué plantas medicinales se usan para tratar el vértigo?
Existen presentaciones con la planta medicinal Ginkgo biloba L. (Ginkgo) autorizadas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para el “alivio sintomático de los trastornos leves derivados de las alteraciones circulatorias cerebrales (como vértigo y mareos)”.
También podrían mejorar los síntomas digestivos los preparados con jengibre (Zingiber officinale), hinojo (Foeniculum vulgare) o melisa (Melissa officinalis). Por último, la valeriana (Valeriana officinalis) se podría utilizar para la posible ansiedad asociada.
¿Qué más ayuda para tratar el vértigo?
En caso de vértigo se deben evitar cambios bruscos de posición y giros de cuello y cabeza. El paciente debe encontrar una postura en la que se reduzca la sensación vertiginosa y pueda permanecer relajado.
En los episodios de vértigo se debe evitar fumar o consumir bebidas alcohólicas. Asimismo, se podría reducir el consumo de sal para prevenir la retención de líquido.
Hay que tener en cuenta que algunos medicamentos pueden producir mareos o vértigos como efecto adverso. En estos casos el médico debe valorar la posibilidad de modificar el tratamiento.
Por otro lado, el estrés se relacionaría con el vértigo asociado a contracturas musculares, por lo que es recomendable evitar, en la medida de lo posible, situaciones estresantes.
Por último, no se debe conducir, utilizar maquinaria peligrosa o realizar actividades que pongan en peligro la seguridad del paciente.