Desgraciadamente los trastornos de ansiedad parecen haber llegado para quedarse. Son muchas las personas que afrontan situaciones complicadas que les llevan incluso a necesitar ayuda profesional. La parte positiva es que cada vez se da más importancia a visibilizar los problemas de salud mental, especialmente en una época compleja como la que nos ha tocado vivir. “La situación de pandemia se ha hecho notar. La incertidumbre acerca de cuándo recuperaremos nuestra vida normal, junto a que se hayan visto reducidas muchas de nuestras balizas fundamentales como las relaciones sociales, espacio de ocio y desarrollo personal, contacto con la familia, etc., junto a lo traumático de un momento vital que ha muchas personas ha afectado de forma muy dura, por fallecimiento de familiares por la COVID, o en tiempos de la COVID, dificultando la despedida y, por lo tanto, el duelo, ha sido generador de incertidumbre que conllevan ansiedad y malestar”, nos cuenta la psicóloga Laura Palomares, de Avance Psicólogos.
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Presta atención a estas señales
Le preguntamos a la experta cuáles son las señales comunes que nos indican que podemos estar padeciendo un problema de ansiedad y nos los resume en los siguientes:
-La ansiedad se puede manifestar con síntomas físicos como taquicardia, dificultad para respirar, tensión muscular, náuseas, mareos, etc. Estos síntomas asustan mucho y suelen avisar de que hay algo en nuestra vida que debemos revisar, ya sea algún problema familiar o de pareja, algo que no estamos haciendo, un exceso de carga de trabajo… Lo importante es entender que la ansiedad es un aviso, que podemos utilizar en nuestro beneficio si aprendemos a escuchar nuestro cuerpo.
-En otras ocasiones, los síntomas son cognitivos, con dificultad para mantener la atención y concentración, merma de la memoria, pensamientos negativos y catastrofistas, en ocasiones de tipo recurrente, etc.
-También las alteraciones del sueño, como insomnio o dormir en exceso, despertarnos de golpe y en alerta en mitad de la noche, o las alteraciones en la alimentación, como dejar de comer o comer de forma compulsiva, son otros de los síntomas.
“Si todo esto genera una bajada de nuestro ánimo y un cambio en nuestras conductas, hábitos y forma de relacionarnos es importante acudir al psicólogo”, nos detalla.
Distintos tipos de ansiedad
La ansiedad, al manifestarse de diferentes maneras según los casos, da lugar a diferentes tipos o clasificaciones. Tal y como nos explica Laura Palomares, dentro de los trastornos de ansiedad encontramos:
- Ansiedad generalizada: se trata de una ansiedad constante en la que predominan síntomas cognitivos, caracterizada por sentimientos de preocupación, con pensamientos negativos y catastrofistas de anticipación.
- Crisis de pánico: aparición repentina y muy intensa de los síntomas físicos, acompañados de el miedo a morir por su causa o a perder el control.
- Agorafobia: se trata de la aparición de la ansiedad en lugares que se consideran poco seguros por desconocidos o de difícil salida, ya sea lugares concurridos, puentes, medios de transporte, tuneles, etc.
- Fobias específicas: hacen alusión a miedo muy intenso e irracional a algún objeto, animal o situación específica como miedo a volar, a las arañas, a las inyecciones, espejos, etc.
- Ansiedad o fobia social: las relaciones interpersonales se perciben como peligrosas o estresantes, lo que limita seriamente la vida de quien la padece, ya que evita relacionarse e interactuar.
- Trastorno obsesivo compulsivo: se da una elevada ansiedad si no se siente el control de determinados aspectos, como el orden o la limpieza, las enfermedades, hacer daño a otros o recibir daño por parte de los demás, etc. Suele mostrarse con pensamientos recurrentes, desproporcionados y constantes acerca de la preocupación, con conductas compulsivas de control, para tratar de rebajar la ansiedad.
- Trastorno de Estrés Postraumático: aparece una elevada ansiedad relacionada con un acontecimiento intensamente perturbardor y traumático, como puede ser un accidente o suceso que amenaza nuestra vida, pérdida de un ser querido, etc. Aparece con imágenes intrusivas a modo de flash back sobre el suceso, crisis de ansiedad, alteraciones del sueño y del estado de ánimo y enfermedades de tipo somático relacionadas con el cortisol u hormona del estrés.
- Estrés: aparece cuando la situación generadora de ansiedad no disminuye con el tiempo y la carga, ya sea un exceso de trabajo o de responsabilidad, no depende de nosotros y apenas disminuye, por lo que no se siente un avance que resulte satisfactorio.
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Acertar en el diagnóstico
Le planteamos a la especialista si es importante hacer un diagnóstico certero de nuestro tipo de ansiedad para abordarla de la mejor forma posible. Y lo tiene claro: “Efectivamente, de hecho, esto marca el tipo de tratamiento a seguir, además de ayudarnos a entender su origen y de qué nos puede estar avisando esta ansiedad para cambiar, modificar o transformar en nuestras vidas”, nos explica.
Y valora de forma positiva que vamos por el buen camino, dándole cada vez más importancia, como decíamos a los problemas de salud mental. “Hablar de problemas y dificultades relacionadas con nuestra salud mental es fundamental para que comience a atenderse de forma adecuada e igualitaria. De esta manera caen los mitos y tabúes, vamos entendiendo que todos en algún momento hemos pasado, o vamos a pasar por algún momento en el que hacernos cargo y cuidar aspectos emocionales y psicológicos que, como cualquier otro aspecto relacionado con la salud, es bueno atender para nuestro bienestar”, reconoce.
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¿Hay un detonante para que aparezca?
Siempre tratamos de buscar un detonante que lleva a la crisis de ansiedad, pero, ¿siempre hay un hecho que la causa o a veces es la suma de muchos factores? “A veces hay una causa específica y clara, como un duelo, ya sea por la pérdida de un ser querido, una ruptura de pareja o la pérdida de un trabajo y, en otros momentos, es un conjunto de sucesos que acontecen sin que tengamos sin poder predecirlo, por lo que es fácil que tratemos de anticiparnos para tratar de sentir más control. En otras ocasiones, la ansiedad es más inespecífica, como en la ansiedad generalizada, en la que la baja tolerancia a la incertidumbre lleva a quien la padece a vivir proyectados en el futuro, sin poder disfrutar del presente”, explica la especialista, para quien es “fundamental acudir a tratamiento con un psicólogo o psicóloga, que nos enseñe a entender la ansiedad que padecemos, además de las herramientas para afrontarla. En ocasiones, si la ansiedad es muy elevada o lleva implantada en nuestras vidas mucho tiempo, puede ser conveniente el tratamiento farmacológico”.
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