Skip to main contentSkip to footer
dolor estomago

¿Tu hígado está sufriendo? Estos son los síntomas de alerta

Señales sutiles de hígado graso u otra enfermedad


5 de noviembre de 2021 - 15:02 CET
chica cansada© Adobe Stock

Aunque las enfermedades hepáticas, como el hígado graso, no dan la cara hasta que no se encuentran en una fase muy avanzada, sí hay síntomas sutiles que pueden alertarnos de que nuestro hígado está sufriendo. Por ejemplo: 

  • Cansancio sin causa justificada
  • Uñas frágiles 
  • Alteraciones en el apetito
  • Digestiones difíciles
  • Sufrir muchas infecciones

 

Todas estas señales, aunque pueden atribuirse también a otras enfermedades, pueden ser síntomas de que el hígado no funciona bien. Por ello, hablamos con el Dr. Juan Ramón Pineda Marino, especialista en aparato digestivo en el Hospital Vithas Vigo. El experto nos explicará cuáles son las enfermedades hepáticas más comunes, los signos de alerta que nos lanza este órgano cuando no funciona bien y cuáles son los mejores hábitos para sanar nuestro hígado. 

Hígado graso: qué es, por qué se produce y cuál es su tratamiento

imagen higado© iStock

Hígado graso, la enfermedad más común 

La enfermedad hepática grasa es, actualmente, la patología hepática más extendida en el mundo. Mucha gente cree que es una patología banal, lo que es, de por sí, cierto en algunos casos; pero hay un porcentaje de pacientes, entre un 5 y un 10 por ciento, que evolucionan a formas más graves, como pueden llegar a ser una cirrosis hepática. Además, esta enfermedad puede estar asociada con otras patologías.

La segunda enfermedad más común es la enfermedad hepática derivada del alcohol, que también puede derivar en una cirrosis.

Y como tercera enfermedad más frecuente podríamos hablar de las infecciones ocasionadas por el virus de la hepatitis sobre todo las hepatitis B y C.

Hígado graso: ¿por qué es un factor de riesgo para el cáncer hepático?

exploracion higado© iStock

Factores de riesgo 

La enfermedad hepática grasa está directamente asociada con el sobrepeso, el sedentarismo y la falta de hábitos saludables; el abuso de alcohol es, como su nombre indica, la causa de la enfermedad derivada del alcoholismo; y la infección por contacto de sangre, y en menor medida por contacto sexual, está detrás de las infecciones por hepatitis B, y, en menor medida, de la C.

Alimentos para el hígado graso (los buenos y los que tienes que tienes que evitar

higado cuerpo© iStock

Síntomas de enfermedad hepática 

La mayoría de los casos de enfermedades hepáticas son muy silentes en los estadios leves o moderados y solo en los casos más graves manifiestan síntomas cuando ya se ha desarrollado la cirrosis, como la acumulación de ascitis y edemas, o la aparición de encefalopatía hepática e ictericia. También pueden producirse hemorragias digestivas por la rotura de varices esofágicas. En algún caso, el paciente puede presentar cierta astenia o cansancio.

La única forma de detectar una enfermedad hepática en estadio leve o moderado es a través de un análisis de sangre que determine las alteraciones de las enzimas hepáticas.

amigas dieta sana© Adobe Stock

La dieta, tu aliada

La dieta mediterránea es la mejor apuesta para mantener una óptima salud general y hepática, evitar el hígado graso y otras enfermedades que pueden afectar a este órgano. Si hilamos más fino, cualquier estrategia dietética que sea equilibrada, baja en grasas, con productos saludables, en las proporciones adecuadas de proteínas, hidratos, frutas y verduras es una buena elección. No hay que olvidar hacer un consumo responsable de alcohol, ya que también ayuda. Se recomienda, asimismo, abusar de los platos precocinados, ultraprocesados, ricos en sal o azucarados. 

La dieta sana, los alimentos y las plantas que mejor protegen tu hígado

pareja ejercicio© iStock

La importancia del ejercicio físico 

El ejercicio físico ayuda no solo a prevenir la enfermedad hepática grasa, sino que previene la obesidad, y los riesgos que esta conlleva, especialmente, en las enfermedades cardio vasculares. Por ello, en la medida de lo posible, es recomendable mantener un estilo de vida activo. Por ejemplo, seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que aconseja practicar una actividad física moderada 150 minutos a la semana.