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Psicología

Te contamos qué es la agorafobia y cómo la puedes superar

Los espacios abiertos pueden ser causa de inseguridad


Actualizado 11 de noviembre de 2022 - 12:15 CET
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Hay que remontarse a la etimología de la propia palabra agorafobia para entender un poco mejor en qué consiste. De origen griego, podemos traducirla como 'miedo a la plaza pública'.  Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos, nos confirma que la agorafobia es lo que conocemos de forma habitual como el miedo a los espacios abiertos. Así la define también la RAE.

Sin embargo, la experta apunta a que estamos ante un problema algo más complejo que esto. “La agorafobia es un trastorno de ansiedad que deviene del miedo a exponerse a lugares poco familiares o alejados del que se considera como lugar seguro, o a situaciones que generan inseguridad y sensación de no control. Este miedo puede provocar crisis de pánico que refuerzan el miedo si acaban apareciendo. Finalmente la agorafobia acaba siendo el miedo a sufrir un ataque de pánico y a la sensación de no control ante este, lejos de los espacios habituales o reconocidos como seguros”, nos detalla la psicóloga.

 

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¿Una fobia común?

Lo cierto es que, tal y como nos cuenta la psicóloga Lorena Morales de Mundopsicologos.com, es una de las fobias más comunes (el miedo a ciertos lugares públicos, a esperar colas y/o estar solo fuera de casa, lugares cerrados, entre otras). Según algunos estudios, tiene una prevalencia anual del 0,3%, y suele comenzar habitualmente en la adolescencia tardía y en los primeros años de la tercera década de la vida. Según el DSM-5, la agorafobia está presente en aproximadamente el 1,7% de la población general. Además, afirma que la mayoría de los casos de agorafobia se presentan antes de los 35 años.

Y hay que destacar, además, la fuerte asociación existente entre agorafobia y trastorno de pánico, ya que el 75% de los pacientes que sufren la primera padecen también el segundo, frente al 50% en población general. 

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Un círculo vicioso

Nos preguntamos cuáles son las causas que pueden motivar estos episodios. “Si en algún momento de estrés o crisis vital, sufrimos angustia, sensación de no control, o una crisis de ansiedad, en un lugar no habitual, muy concurrido o en el que sentimos que no tenemos fácil salida para buscar ayuda o nos sentimos desprotegidos, podemos asociar esta ansiedad al hecho de estar alejados de lo que consideramos espacios seguros”, nos cuenta Laura Palomares, que añade que esta asociación hará que anticipemos con ansiedad cualquier salida o exposición a volver a alejarnos del mismo, y acabemos evitando, lo que reforzará estos miedos, entrando en un círculo vicioso.

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¿Cómo se manifiesta?

Un paso importante es aprender a identificar los síntomas.

  • La agorafobia se manifiesta con sentimientos de angustia y pensamientos anticipatorios y recurrentes de miedo a perder el control, sufrir un ataque de ansiedad, y no poder recibir ayuda.
  • Suele haber un intenso pudor social a manifestar una crisis ante los demás, lo que aumenta la presión.
  • En ocasiones, la persona muestra mucha ansiedad ante la posibilidad de desmayarse ante desconocidos o a que sus síntomas de angustia sean muy evidentes.
  • Esto puede conllevar evitar alejarse de los lugares conocidos, salir solo de casa, coger el metro u otros transportes públicos, entrar en sitios concurridos que se perciben como de difícil salida, e incluso ir al cine si no nos sentamos al lado del pasillo, por si en algún momento se necesitara salir corriendo.
  • También se manifiesta con crisis de pánico que suelen expresarse con taquicardia, temblores, dificultad para respirar, náuseas, sensación de mareo y la creencia de que se puede morir ante la intensidad de estos síntomas.

“Todo esto hace que la persona sufra intensamente y evite cada vez más volver a sufrir estos síntomas, por lo que su vida puede verse seriamente limitada además de presentar síntomas de estrés postraumático y una importante merma de la autoestima y bajada del ánimo”, nos cuenta la especialista.

 

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Suele haber un momento clave para su aparición

Una de las claves es buscar la causa que motiva la aparición de una fobia. Lo cierto es que, en opinión de Laura Palomares, detrás de los trastornos de ansiedad suele haber alguna situación vital importante que nos pueda estar preocupando, un momento de estrés que se está alargando demasiado, o algo en nuestras vidas que necesitamos revisar y que está generando un malestar que no estamos atendiendo o del que no somos conscientes.

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¿El agorafóbico nace o se hace?

Aunque hay personas más susceptibles a la ansiedad, todos podemos desarrollar algún trastorno similar a lo largo de nuestra vida, por alguna de las causas descritas más arriba. “Lo importante es identificarla y afrontarla como una oportunidad para colocar aspectos de nuestra vida que haya que cambiar y pedir ayuda profesional si es necesario”, recomienda la psicóloga.

 

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Así limita tu día a día

Lo que parece evidente es que un trastorno como la agorafobia puede limitar en gran medida las actividades de tu vida. En los casos más graves y complejos, las personas no salen siquiera de su casa, lo que puede hacer que permanezcan entre sus cuatro paredes largos periodos de tiempo, hasta que comienzan a tratarse. Eso, como es evidente, limita las relaciones sociales y/o laborales, lo que deriva en una dependencia de quien la padece. 

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Cómo afrontar esta fobia

Tal vez la fase más importante, después de reconocer el problema, es tratar de conocer qué consejos y herramientas tenemos a nuestro alcance para afrontarla. Y Laura Palomares recomienda tres puntos importantes:

-Es importante tratar de no evitar desde el comienzo de estos síntomas, ya que de lo contrario, aumentaremos el miedo.

-Exponerse progresivamente, saliendo cada vez un poquito más allá de los lugares habituales, primero acompañados y luego solos; tratando de no evitar sitios públicos, aunque sea manteniéndonos al principio cerca de las salidas, para ir adentrándonos poco a poco en las siguientes ocasiones; ir haciendo viajes cada vez a lugares algo más alejados, sin comprobar dónde se encuentran los centros de salud u hospitales del lugar al que vamos, etc., siempre será positivo.

-Si aun así vemos que la ansiedad se mantiene, o que nos cuesta mucho exponernos, es importante acudir a terapia psicológica, de manera que un profesional especializado pueda guiarnos, enseñándonos los recursos para ello, y acompañarnos en este proceso.

 

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¿Se puede llegar a superar una fobia?

Lorena Morales detalla que sí que es posible. “Las medidas utilizadas para ello son la terapia psicológica y los psicofármacos en los casos que provocan una gran incapacitación en la persona, como ocurre en la agorafobia crónica, pero no son adecuados para fobias leves o moderadas. Los miedos fóbicos son aprendidos y, al igual que cualquier otra conducta, también se pueden desaprender con las técnicas y recursos adecuados”, nos detalla.

Eso sí, por ejemplo, una agorafobia será más complicada de eliminar que una ofidiofobia (miedo a las serpientes) porque la probabilidad de que una persona se encuentre con una serpiente es menor que el hecho de tener que estar en un lugar público o cerrado o tener que esperar una cola en el supermercado.

 

Referencias