¿Los pones en práctica? Estos gestos tan sencillos pueden evitar la sequía

Quizá no te lo hayas planteado. O puede que pienses que lo que haga una sola persona no afecta al medio ambiente. Sin embargo, cada pequeño gesto cuenta. Y lo que tú hagas puede suponer un cambio en la conservación del planeta, en frenar la sequía y la desertificación y en que tú y tus hijos, si los tienes o los vas a tener, puedan disfrutar de un mundo verde y sano. 

Hoy, 17 de junio, que se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, te proponemos mirar a tu alrededor y cambiar algunas costumbres por otras que, poco a poco, puedan contribuir a frenar el cambio climático. Por ejemplo, ¿qué puedes hacer hoy mismo? Gastar menos agua o, incluso, reutilizar el agua de lluvia. Si vas a hacer la compra, no olvidarte de las bolsas de telas. Cuando estés en el súper, optar por los productos a granel y reducir el plástico. En definitiva, como nos recuerda Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA, que facilita el acceso a agua potable a países que carecen de ella, hay sencillos gestos que, integrados como rutinas en nuestro día a día, pueden conseguir grandes cosas. 

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Reutiliza, recicla, vende, pero no lo tires a la basura

Y si vas a tirarlo, hazlo en un contenedor destinado para ropa y complementos. Y es que todos los desechos que se generan en casa se pueden depositar en el lugar adecuado para causar el menor daño posible al medio ambiente. En cualquier caso, antes de deshacerte de algo, piensa si está en suficiente buen estado para que otras personas puedan aprovecharlo. Incluso tú puedes darle una segunda oportunidad con un poco de imaginación y creatividad. Lo importante es reducir las compras de productos nuevos pudiendo reciclar. Así se reduce el gasto de materias primas y las emisiones de CO2 resultantes de los procesos industriales.

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Evita el plástico en la medida de lo posible 

La tendencia del 'refill' (rellenado) ha llegado para quedarse. Ya no se utiliza solo para el agua, incluso las grandes marcas de cosmética apuesta por evitar utilizar envases nuevos cada vez que necesites más producto y evitar el plástico de un solo uso. Y es que todos sabemos ya lo perjudicial que es este material para los océanos y el medio ambiente, por la cantidad de años que tarda en degradarse. Por eso, es recomendable utilizar bolsas de tela para hacer la compra, elegir productos a granel (esto puede llegar a reducir la huella medioambiental de una persona en un 71%) o envasados en otros materiales. 

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Limita la energía que gastas en casa 

Si tienes la posibilidad de instalar en casa algún sistema para que tu electricidad proceda de fuentes renovables, no lo dudes. Pero si no está a tu alcance, puedes reducir la huella ecológica revisando tus electrodomésticos y, si los tienes que renovar, escoger siempre los de mayor eficencia energética. Cambia, además, las bombillas por las de bajo consumo, evita dejar luces encendidas de forma innecesaria, y practica un uso controlado y razonable de los sistemas de climatización. En tus desplazamientos, apuesta por el transporte público y vehículos eléctricos siempre que puedas, y recuerda que andar en bici es sano, no contamina, te ayuda a estar en forma y además, está de moda.

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Reforesta con árboles, cultiva un huerto, refresca tu casa con plantas 

Si tienes jardín o terraza puedes contribuir a regenerar la atmósfera y a compensar tu huella de carbono plantando en ellos flores y plantas, a ser posible adaptadas al clima de la zona para que no necesiten agua adicional en exceso. Las plantas producen oxígeno, absorben CO2 y favorecen la biodiversidad. Si te animas a probar con un huerto urbano, podrás consumir hortalizas más saludables que no necesitarán envases ni generarán emisiones con su transporte. Además, puedes colaborar con varias iniciativas que plantan árboles para reforestar determinadas áreas dañadas del planeta o para regenerar el medio ambiente en zonas con mayor nivel de contaminación.

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Las duchas, mejor cortas y ojo con el agua que malgastas al cepillarte los dientes 

Si la tenemos, es para disfrutarla, pero con consciencia y sin malgastarla. Por cada minuto que pasas en la ducha gastas unos 20 litros de agua, otros 10 litros desaparecen cada vez que tiras de la cadena, la lavadora se lleva entre 60 y 100 litros… Por eso es importante cerrar el grifo mientras te enjabonas o te lavas los dientes, o no poner la lavadora ni el lavavajillas si no están llenos. Pero también puedes aprovechar el agua que dejas correr hasta que se calienta para fregar el suelo, regar las plantas o para el retrete, lo mismo que cuando termina el verano y vacías la piscina portátil. Y por supuesto, si tienes piscina fija, conserva y trata el agua de un año para otro. La vida sin agua no es vida. Mejor cuidarla hoy para que no nos falte mañana.

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