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Cómo hacer pequeños cambios en tu vida: ¿Has oído hablar de la técnica de las ruedas dentadas?

A veces hay que modificar cosas para mejorar


17 de marzo de 2021 - 15:00 CET
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Has llegado a la conclusión de que toca poner cierto orden en tu vida. Manos a la obra para organizar esa pequeña parcela que notas que estaba desordenada. Pero cuando comienzas a analizar tu vida al completo, y no solo esa área que te preocupa más, caes en la cuenta de que el desorden o la anarquía están presentes en muchas más facetas de tu vida de una forma u otra, aunque no tengas conciencia de ello.

Según explica la doctora y escritora Marisa Navarro en su libro Las ruedas dentadas. Pequeños cambios para grandes cambios, ocurre que normalmente comenzamos por abandonar alguna o algunas áreas de nuestra vida, y de ahí se pasa a abandonar otras. La experta comenta que cuando estamos decididos a mejorar, afrontando cambios en nuestra vida, y el momento que estamos viviendo es propicio para ello, hay que atender a todo el conjunto de nuestras parcelas que puedan necesitarlo, porque todas las facetas de la vida funcionan como “ruedas dentadas” girando unidas a la par unas con otras, pero formando una sola unidad en sincronía, que finalmente hacen girar las manecillas del reloj que somos nosotros.

 

Le planteamos a la psicoterapeuta y escritora si es más sencillo plantearse hacer pequeños cambios en la vida que acometer uno demasiado ambicioso. “Por supuesto, cuántas veces pensamos en hacer un cambio en nuestra vida porque creemos que lo necesitamos o queremos realizarlo, pero nos paraliza el verlo demasiado grande, o lo empezamos con mucha fuerza e ímpetu y nos desinflamos enseguida porque lo vemos muy complicado”, nos explica, y añade que ese es el secreto de los pequeños cambios, que son más sencillos de realizar y vamos viendo que conseguimos llevarlos a cabo. “Y ese es un beneficio a corto plazo que incide positivamente en nuestra autoestima, aunque la meta o el objetivo llegue a largo plazo, estos pequeños logros nos animan e impulsan a seguir. Si desmenuzanos un gran cambio, siempre está compuesto por pequeños, lo que ocurre que hay un momento en que se produce el clic y veo el gran cambio, pero antes ha habido muchos pequeños y mantenidos en el tiempo,  esto es muy importante”, nos cuenta.

 

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¿Pueden esos pequeños cambios ayudarnos a mejorar?

Sin duda, estos cambios nos ayudan a mejorar muchísimo. “Los pequeños cambios van transformando nuestra identidad, y cuando eso ocurre, nos convertimos en grandes defensores de nuestra nueva identidad, y solemos querer hacerla crecer”, nos cuenta la escritora, y pone un ejemplo práctico que podemos entender a la perfección: “Quiero cuidarme con la alimentación y que sea más saludable y así perder un poco de peso, hasta ahora suelo desayunar una napolitana con un café con leche. Voy a cambiar la napolitana de chocolate por un bol de fruta. Este pequeño cambio si quiero que se quede en mi vida tengo que hacerlo sencillo, así que en vez de comprar napolitanas, compraré fruta variada y dejaré un bol preparado en la nevera la noche anterior para que me sea muy fácil, pero además me lo haré atractivo, así que el bol será precioso, y me dejaré preparada súper bonita la mesa del desayuno también la noche anterior. Y además me lo haré placentero, y para eso utilizo mis pensamientos, no estaré pensando mientras me tomo la fruta, que no me apetece y que en realidad a mí lo que me gusta es tomarme una napolitana. No, lo que haré será pensar en todos los beneficios que para mi cuerpo tiene la fruta, que lo he estado mirando por internet, además me pongo la música que me gusta de fondo, y todo aquello que haga placentero ese momento.  Y lo mantengo en el tiempo”.

 

Al cabo de un tiempo, que no será demasiado, este pequeño cambio estará instaurado en mi vida. Pero no solo eso, sino que habrá creado en mí una nueva identidad: “Ahora soy una persona que desayuna saludable”. Y defenderé esa nueva identidad, que seguro no se quedará ahí, introduciendo nuevos hábitos saludables en mi desayuno o en el resto de mi vida.  “Así funcionan los pequeños cambios, porque unos potencian a los otros. Así desde que estoy comiendo más saludable, parece que me apetece también salir a andar todos los días, o arreglarme un poco más. Es la técnica de las ruedas dentadas que funciona fantásticamente bien”, nos cuenta.

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¿Qué son lo que denomina 'ruedas dentadas'?

Uno de los conceptos a los que hace referencia la autora cuando hablamos de cambios es a la ya mencionada técnica de las ruedas dentadas. ¿A qué se refiere exactamente? “No podemos actuar en unas parcelas de nuestra vida y no actuar en otras que puedan estar caóticas, porque si lo hacemos así, el esfuerzo que vamos a requerir para el cambio va a ser mucho mayor ya que encontraremos una gran resistencia, pero además, nos costará muchísimo mantener ese cambio, habiendo muchas más  posibilidades de volver al punto de partida”, nos dice.

 

Y parte de que, en su opinión, nosotros funcionamos como las ruedas dentadas de un reloj, que giran unas engranadas en otras en sincronía. “Si yo intento hacer girar una rueda en otra dirección todas las demás actuarán como resistencia, si yo realizo pequeños cambios en las distintas ruedas/facetas de mi vida, unas apoyarán a otras para volver a girar todas en sincronía”, nos cuenta. Y vuelve a ponernos un ejemplo práctico: por ejemplo, empiezo ordenando mi mesa de trabajo y esto hace que termine ese trabajo que llevaba un poco de retraso, lo cual me lleva a estar de mejor humor, y a media mañana me tomo un café con mis compañeros, y vuelvo andando a casa dando un paseo y así hago un poco de ejercicio, que hace que me relaje y llegue más contento a casa y que me apetezca mucho cenar con la familia y de forma más sana. “Esto serían pequeños cambios que si los mantengo en el tiempo me llevarían a grandes cambios, y que se potencian unos a los otros. Los pequeños cambios son la mejor forma de llegar a un gran cambio”, nos detalla.

 

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Cambiar en facetas menos importantes

Lo cierto es que no es extraño encontrarnos en ocasiones buscando cambios en facetas que realmente no son tan importantes, olvidando o dejando de lado las que realmente tienen más peso. “Esto es muy frecuente, es lo que yo llamo un cambio distractor. Ponemos nuestra atención en una faceta de nuestra vida que creemos que necesita un cambio y resulta que tengo un verdadero caos en otras, pero esas no las quiero mirar en este momento, me asusta abordarlas. Eso no funciona. Puede que lo consiga al principio, pero si tengo una parcela de mi vida caótica ese caos no se queda ahí, y suele contaminar otras partes. Recuerdo un paciente que vino a consulta para que le ayudara a dejar de fumar, en ese momento se estaba separando. Este sería un claro ejemplo de centrarse en un cambio distractor”, nos detalla la experta.

 

Es importante, eso sí, tener el convencimiento de que podemos mejorar para abordar los cambios necesarios. “Esto es fundamental. No podemos tener la creencia de que no podemos cambiar. Aunque es cierto que es una creencia muy extendida y que nos limita mucho al cambio.  Lo que crees, creas. Siempre estamos cambiando, esto lo tenemos que tener muy claro, y siempre podemos mejorar aquello que queramos mejorar en nosotros”, puntualiza

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Salir de la zona de confort

Tenemos claro que, en ocasiones, hay que cambiar cosas, pero, ¿por qué nos cuesta tanto salir de nuestra zona de confort, hacer cambios en nuestra vida? “El ser humano tiende a la ley del mínimo esfuerzo, es así, entre dos opciones mayoritariamente se elegirá la que menos esfuerzo requiera. Estamos programados para ello. Y lo conocido siempre nos resulta más cómodo, aunque tengamos claro que esos cambios nos van a sentar bien, preferimos muchas veces quedarnos como estamos. Nos da también miedo lo desconocido, lo diferente, y en nuestra zona de confort todo es conocido, tenemos la fantasía de que controlamos, cuando en realidad no controlamos nada. Cómo les digo yo a mis pacientes, la persona que está ahí sentada ya no es la que se sentó hace una hora, millones de células han cambiado en ti. Qué vamos a controlar”, cuenta la escritora.

 

Por eso, hay que buscar estrategias para vencer ese miedo. “El miedo solo hay una forma de manejarlo, y es afrontándolo. Además, si no lo afrontamos, funciona como una mancha de aceite y se va expandiendo. El miedo es un compañero de viaje que nunca nos abandona, pero que no puede impedirnos hacer el viaje. Nos lo sentamos a nuestro lado, y vamos hacia delante.  La acción es lo que es capaz de cambiar los pensamientos y los sentimientos, así que, si tienes miedo, afronta. Los pequeños cambios nos ayudan mucho a afrontar ese miedo”, nos cuenta.

 

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Todo cambio supone un esfuerzo

Eso sí, hay que tener muy presente que realizar un cambio, por pequeño que sea, siempre nos va a suponer un esfuerzo. “Eso es inevitable. Lo que yo propongo en mi tercer libro es que encontremos nuestra propia forma de cambiar, porque hay tantas formas como seres humanos, y que realicemos ese cambio a través de pequeños cambios, y que además nos los hagamos  fáciles, atractivos y placenteros, y así mantenerlos en el tiempo para conseguir transformar nuestra identidad, que es el gran cambio”, nos sugiere.

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Cambios en época de crisis

Vivimos una época compleja, debido a la pandemia que ha puesto nuestro mundo y nuestra forma de vida patas arriba. Por eso nos planteamos, por último, si es esta época de gran incertidumbre precisamente un buen momento para plantearnos hacer cambios en nuestra vida. “Siempre es tiempo de realizar cambios en nuestra vida, pero además esta época de incertidumbre que estamos viviendo me parece que es de lo mejor que podemos hacer.  Estamos más metidos en casa, y con frecuencia con más tiempo para estar con nosotros, vamos a aprovechar en primer lugar para conocernos, para descubrirnos, para ver cómo está nuestra vida y qué cambios nos gustaría hacer en ella. Nos han obligado a vivir el momento presente, y ese es el único lugar donde podemos hacer esos cambios”, nos cuenta.

 

Y da un último consejo: centrarnos en hacer esos pequeños cambios nos va a mantener en la acción, y eso es fantástico, pero además nos puede ilusionar y hasta apasionar. Organizarlos nos va a dar seguridad y esperanza. "Y por supuesto hacerlos nos va a mantener ocupados que es una gran compañía. Claro que es tiempo de cambios. Dejemos de quejarnos y lamentarnos, y pongámonos a la acción", concluye.

 

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