Quien ha vivido un episodio de vértigo, sabe lo desagradable que es la sensación, el malestar que genera y lo incapacitante que puede llegar a ser. Sentimos mareo, Todo gira a nuestro alrededor, y es complicado, en muchas ocasiones, hasta mantenerse en pie. Pero, ¿por qué se producen lo que conocemos como vértigos? “Los seres vivos estamos sometidos a un mundo en cuatro dimensiones, las tres primeras nos relacionan con el espacio y la cuarta con el tiempo. Para mantenerse estable y orientado en el tiempo y en el espacio hemos desarrollado la capacidad de equilibrio, con la que nos enfrentamos a fuerzas como la gravedad y otros movimientos de traslación”, nos cuenta el doctor Ismael Arán González, coordinador de Otorrinolaringología del Hospital Vithas Vigo, que añade que para conseguir este equilibrio, contamos con un complejo proceso neuromuscular que permite que desarrollemos una representación mental (un sistema de coordenadas) de nuestro cuerpo y de su entorno.
“El vértigo, cuyo origen está en la palabra latina vertere, que significa 'dar vuelta, girar', representaría una falsa sensación de movimiento de nuestro cuerpo o de nuestro entorno. Es un síntoma relacionado con múltiples enfermedades, constituyendo un signo de alarma que nuestro cerebro 'nos lanza' cuando se produce una alteración de la capacidad para mantener el equilibrio. Con frecuencia, cuando el vértigo es intenso, se asocia a otras manifestaciones como náuseas, vómitos, sudoración, bajada de la tensión arterial e incluso crisis de ansiedad o ataques de pánico”, añade. Y es un problema que muchos podremos padecer en alguna ocasión en nuestras vidas. “Se han hecho importantes estudios epidemiológicos, que han demostrado que el vértigo puede aparecer hasta en el 5-10% de la población, a lo largo de la vida”, cuenta el doctor.
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¿Por qué se produce?
El especialista de Vithas Vigo nos cuenta que el vértigo se desencadena cuando no hay una correspondencia entre nuestro sistema interior de coordenadas, que hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida, con la información que nos transmiten una serie de sensores que vigilan nuestro equilibrio. Uno en particular, el llamado Sistema Vestibular, integrado por el laberinto del oído, el nervio del equilibrio y las neuronas cerebrales que procesan la información del equilibrio, es el principal de estos sistemas de control.
Pero, en cualquier caso, matiza que se han descrito más de un centenar de enfermedades capaces de provocar vértigo. Aquí se pueden incluir lesiones del oído, cerebrales, metabólicas, infecciosas, etc., “Pero se han descrito menos de una decena de ellas, más frecuentes, que pueden representar el 90% de los casos. Es de vital importancia que el médico, a través de la información que le transmite el paciente y de las pruebas de exploración, sea capaz de distinguir si el cuadro de vértigo afecta al cerebro o no. El 15% de los pacientes con cuadros graves de vértigo agudo (giro de objetos de horas de duración, náuseas, vómitos...) pueden estar sufriendo una hemorragia o trombosis cerebral. Por suerte, contamos con tecnología muy avanzada, desarrollada en los últimos 20 años, que permiten un diagnóstico rápido y por tanto un tratamiento adecuado”, nos dice. Y aclara que, de todas formas, son mucho más frecuentes otros procesos, con menos riesgo para la integridad de los pacientes.
Sus principales causas
Entre las causas más frecuentes de vértigo, el doctor Arán González destaca las siguientes:
- El más frecuente, el vértigo paroxístico posicional benigno, que aparece como consecuencia del desplazamiento anómalo de unas estructuras microscópicas, llamadas otolitos, en los canales semicirculares del laberinto del oído. Ello provoca un típico vértigo, que se repite de manera brusca cuando se cambia de posición en la cama o al levantarse. Por suerte, este trastorno se puede curar en manos de un especialista en vértigo, por medio de unas maniobras que “recolocan” dichos otolitos en su posición original.
- Hoy, se considera que la segunda causa más frecuente de vértigo es la migraña, capaz de causar un dolor de cabeza muy intenso. Es muy frecuente entre la población, sobre todo femenina. Un alto porcentaje de estos pacientes, durante sus crisis de migraña, desarrollan un cuadro de vértigo intenso que se suma a la incapacidad producida por el dolor de cabeza. En estos casos, las medidas dietéticas y el tratamiento con antimigrañosos son eficaces para curar el vértigo.
- Otro trastorno frecuente, asociado a vértigo, es la enfermedad de Menière, llamada así en honor al Dr. Prosper Menière, que la describió hace más de un siglo. Lo característico de esta enfermedad es la aparición de crisis de vértigo asociadas a acúfeno (pitido) en un oído y a pérdida de audición de forma brusca. Hoy existen múltiples tratamientos tanto médicos como quirúrgicos que han permitido a estos pacientes una vida casi normal, con un buen control de su enfermedad.
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¿Cómo debe actuar una persona con vértigos?
Sin duda, el paciente que presenta un vértigo agudo debe acudir a su médico de familia para una primera valoración. “Si ésta lleva al diagnóstico de un posible origen cerebral agudo, se remitirá al servicio de urgencias donde se harán pruebas radiológicas y exploratorias específicas. En caso de que se diagnostique otra entidad, sin riesgo vital, cada enfermedad tendría su tratamiento adecuado. Por ello creo que sería aconsejable remitir al paciente a un servicio de otorrinolaringología que cuente con especialistas en vértigo. Son las llamadas unidades de Otoneurologia, que cuentan con técnicas de exploración específicas para el estudio del paciente con vértigo”, cuenta el doctor Arán.
Para llegar al diagnóstico, tal y como nos detalla por su parte el doctor Lucas Fito, otorrino del Hospital Vithas Valencia Consuelo, en la mayoría de los casos, lo más importante es una minuciosa anamnesis, es decir, interrogar detenidamente sobre el tipo y duración de síntomas además de una correcta exploración física. Todo ello puede ser complementado con algunas pruebas específicas.
El objetivo, para el doctor Fito es descartar patologías de otro tipo (neurológicas fundamentalmente) que pueden debutar de forma similar. “En ocasiones es necesario un abordaje multidisciplinar junto a otras especialidades como por ejemplo Neurología, Traumatología, Neurocirugía o Medicina Interna”, nos explica.
Cómo tratarlo
Una vez que el paciente es diagnosticado, la principal duda es acerca de si existe algún tratamiento eficaz que pueda ayudar a mejorar el cuadro vertiginoso. “El tipo de tratamiento depende del tipo de mareo y origen. Las terapias incluyen desde conductas de prevención y maniobras físicas hasta tratamiento farmacológico e incluso quirúrgico. El mareo es un síntoma muy inespecífico y requiere de un diagnóstico preciso para su correcto manejo”, nos cuenta el doctor de Vithas Valencia Consuelo, que apunta que, además, existen casos atípicos que requieren de un estudio más exhaustivo y otros que sencillamente responden peor a las terapias que se manejan a día de hoy.
“No siempre es posible evitarlos o hacerlos desaparecer, pero en algunos tipos de mareo hay descritas conductas, dietas y medicación que parecen disminuir el número de crisis”, cuenta el doctor Fito, que concluye apuntando que la recurrencia o cronicidad de esta patología es un escenario habitual.
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