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deseo sexual

Pareja

¿Cómo podemos recuperar el deseo sexual y la intimidad?

Varios expertos nos dan las claves que de verdad funcionan


12 de febrero de 2021 - 14:48 CET
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No nos vamos a engañar, la vida en pareja no es fácil. Y cuando dos personas llevan mucho tiempo juntas, los roces se convierten en heridas que pueden hacer mella en la relación. La intimidad se resiente y el deseo sexual se va perdiendo. Por si la vida misma no fuera suficiente, la pandemia también ha perjudicado las relaciones de pareja. Es más, según nos explican desde el Instituto Palacios, la crisis de la COVID-19 ha incrementado las consultas relacionados con los conflictos y la falta de deseo sexual. ¿Qué podemos hacer para recuperar esa 'llama' y volver a disfrutar con nuestro compañero o compañera? Trabajo diario. 

 

Según la doctora Castaño, responsable de Psicología Clínica, Sexología y Psicoterapia del Instituto Palacios, la comunicación, la aceptación del otro tal como es, el cuidado del tiempo de ocio y la construcción de espacios de intimidad son los principales factores que fomentan una relación duradera. A lo que añade que “el amor y el entendimiento en una relación implican voluntad y se construyen todos los días”.

 

Por tanto, no nos dejemos engañar por esas relaciones perfectas que nos pintan en algunas series, películas o novelas románticas. Mantener una relación no es algo sencillo, sino que requiere de nuestro compromiso, tiempo y dedicación. Y, sobre todo, en estos momentos en los que los modelos de parejas y de familias son tan diversos,  que incluso, ni siquiera es necesario tener pareja para acceder a la maternidad”, apunta la doctora Castaño.

Además, como decíamos, el confinamiento y el impacto económico de la pandemia también han planteado numerosos retos a las parejas. "En los últimos meses han aumentado las consultas relacionadas con conflictos de pareja y con la disminución, la inhibición o la falta de deseo sexual. Las relaciones cada día requieren de un esfuerzo mayor”, confirma. 

¿Cómo podemos vencer todos estos obstáculos? Varios expertos nos dan las claves. 

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¿Qué factores intervienen en la pérdida de deseo sexual?

"Pues desgraciadamente son muchos y variados. Uno podría pensar: ¿cómo puede ser si se trata de una función tan importante para nosotros como especie? Pero si nos fijamos, también el apetito y el sueño lo son y también son funciones que fluctúan mucho debido a factores tanto internos como externos de la persona", nos señala Aída Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat

Así que podemos tratar de agrupar los factores que afectan al deseo sexual en fisiológicos y psicológicos. Dentro de los psicológicos podemos encontrar. 

 

  • La ansiedad y el estrés por el propio ritmo de vida o por eventos puntuales. 
  • El estado de ánimo. Estar de bajón no acompaña a la hora de conectar con el otro y más si también hay apatía o falta de interés por hacer cosas. 
  • Problemas en la relación de pareja.
  • El miedo al propio desempeño sexual, que puede llevar a la persona a sentir ansiedad y a entrar en lo que se conoce como el rol de espectador: auto observarse en exceso durante el sexo, y estar tan preocupado por el disfrute del otro que uno se desconecta de sus propias sensaciones y de lo que está haciendo.
  • Autoestima baja.
  • Menor variedad en las prácticas sexuales y consiguiente pérdida de interés.
  • Actitudes hacia el sexo, valores o creencias, y desinformación.

Vamos ahora con los factores fisiológicos, que serán los primeros que debemos descartar ante una pérdida del deseo sexual en la persona:

  • Algunos medicamentos, como la pastilla anticonceptiva o los antidepresivos, inhiben o disminuyen la respuesta sexual.
  • Igualmente el consumo de sustancias en dosis importantes, como el alcohol o el cannabis, interfieren el deseo, la excitación…
  • El dolor durante las relaciones. Es cierto que este también puede ser un factor psicológico en el sentido de que el dolor es la consecuencia a la falta de deseo. Pero también puede ser la causa de ésta misma en el caso de que haya un problema fisiológico, como la fimosis o algún problema estructural en los genitales de la mujer.
  • Enfermedades crónicas, como la diabetes, las cardiopatías o el cáncer.
  • Cansancio físico.
  • Menopausia y su fase previa, el climaterio, en el caso de la mujer, y andropausia en el del hombre. De ésta última muy poco se habla.
  • Embarazo, postparto y lactancia. 

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¿Es normal que el deseo sexual se apague con el tiempo?

Como nos explica Aída Rubio, "es normal que se presenten altibajos, influidos por todos estos factores que no afectan a solo una persona, sino a las dos. La relación cambia en todos los sentidos con el tiempo y eso no quiere decir que no sea sana o que se haya apagado el amor, sino que ha evolucionado y lo seguirá haciendo".

Por ejemplo, al margen de los factores ya mencionados, encontramos que el principio de toda relación está marcado por el enamoramiento, un cóctel químico de neurotransmisores y hormanas funcionando a toda máquina en nuestro organismo (serotonina, oxitocina, noradrenalina, dopamina…), y de emociones intensas que van de la mano. Es una etapa marcada por el conocimiento del otro, el misterio y las primeras veces.

Como en todo en la vida, siempre que hay un subidón, por fuerza tiene que haber una posterior bajada. El cuerpo y la mente se acostumbran a la novedad y tienden a una homeostasis que se caracteriza por mayor tranquilidad. Así que este cóctel químico se va apagando y entra en juego, con suerte, lo que se conoce propiamente como “estar enamorado”. Es un momento que debería estar marcado por cierto sentimiento de paz y vinculación con el otro. Ya no hay tanta euforia pero sí perdura el amor. El deseo sexual sigue siendo fuerte en la medida en que el grado de satisfacción con la propia relación en sí es alto, la actitud hacia el sexo es positiva y reforzante, y se ha logrado un equilibro entre la seguridad y la intimidad que ofrecen la relación, y la sorpresa o novedad de los encuentros sexuales, necesaria para mantener el interés. Lo cual es más difícil con el paso del tiempo, pero no imposible.

Por todo ello, Aída Rubio de TherapyChat señala que una pareja que no tiene un fuerte deseo sexual no es una pareja acabada. "Habría que conocer la causa de que ese deseo haya desaparecido. Si se trata de problemas de base en la relación y estos son irreconciliables, entonces sí. Pero si no, incluso éstos se pueden trabajar, buscar nuevos puntos de conexión entre la pareja, y reavivar las llamas del amor y, de la mano, del deseo". 

En cualquier caso, se puede reconducir. E, incluso, buscar ayuda profesional si es necesario. 

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Mayor comunicación 

Para poder disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, es indispensable una buena comunicación con la pareja. "No hay que tener miedo de pedir algo que nos gusta, sugerir cambios o preguntarle al otro qué le apetece. Intercambiar esas ideas hará los encuentros más placenteros y será más fácil que el deseo despierte", señala Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma. 

 

Efectivamente, la comunicación en una pareja es la base de una relación sentimental sana. Esta va más allá de hablar, implica expresarse emocionalmente, preguntar, responder, escuchar, comprender, negociar… “Siempre recomendamos a las parejas hacer un ejercicio de asertividad, con el objetivo de expresar nuestras necesidades al tiempo que tratamos de entender las de la otra persona”, asegura la doctra Castaño, del Instituto Palacios, y aconseja: “se puede hablar de las emociones sean positivas o negativas, pero sin miedo y de manera respetuosa. En la mayoría de las ocasiones son más importantes las formas que el contenido”. 

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Aceptación 

Este es otro punto fundamental en el que hay que trabajar. Y es que, al principio de una relación, todo lo de la otra persona nos parece bello, nos atrae. Estamos en la fase de enamoramiento y no somos capaces de percibir los defectos. Con el tiempo, esto cambia y empezamos a ver cosas que no nos gustan o que pensamos que deberían ser de otra manera, como nosotros queremos. La aceptación de la pareja es fundamental para querer a alguien por quién es, sin querer cambiar a esa persona.

“La aceptación no quiere decir que tengamos que aceptar actitudes irrespetuosas que no tengan en cuenta nuestras emociones. Tampoco implica que no podamos ser sinceros, expresar aquello que no nos gusta o amar incondicionalmente las peculiaridades de la otra persona”, puntualiza la doctora. “La clave está en no disimular y esconderse sino en aceptar nuestra propia fragilidad, que es nuestra parte más humana y seguramente más atractiva”, señala la doctora Castaño. 

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Cuidar el tiempo de ocio 

Las facturas, las responsabilidades, el trabajo y, ahora, la pandemia parecen comerse todo el tiempo del mundo y nos dificulta pasar buenos ratos en pareja. Sin embargo, dedicar tiempo a divertirse es fundamental para recuperar la intimidad y hacer que perdure el deseo sexual. “Es importante mantener un equilibrio entre el ocio que se realiza de manera individual y el de pareja, tan importante es uno como el otro”, asegura la doctra Castaño. Señala que, para disfrutar del ocio en pareja, primero es necesario poner en común lo que nos gusta y definir de manera conjunta planes que interesen a ambas partes. Proponer actividades a nuestra pareja que sabemos que disfruta, supone otra manera de expresar afecto.

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Para recuperar el deseo, duerme y relájate

Dolores de cabeza, dificultad para dormir, pérdida de apetito, náuseas, cambios de humor bruscos... Todos estos síntomas del estrés han podido dificultar los encuentros sexuales durante los últimos meses.

Además, "se sabe que el estrés puede tener consecuencias directamente relacionadas con el sexo, como la disfunción eréctil y la eyaculación precoz (en los hombres) o la falta de lubricación (en las mujeres). Asimismo, sufrir alguno de estos problemas incrementará a su vez el estrés generado por la pandemia", nos recuerda Amanda Dutruc, de DosFarma. 

 

Reducir el estrés puede ser la clave para recuperar el deseo sexual perdido. Algunos consejos que pueden ayudar a conseguirlo son los siguientes: evitar estar constantemente leyendo o escuchando noticias sobre la pandemia, apoyarse en la familia y los amigos, desconectar del trabajo fuera de la jornada laboral, dedicar tiempo a las aficiones... Sin embargo, a veces la mejor solución es contactar con un psicólogo que ayude a controlar los niveles de estrés.

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Construye espacios de intimidad 

La intimidad es vital para una relación de pareja exitosa y feliz. Al contrario de lo que comúnmente se entiende por intimidad, esta no hace referencia únicamente al sexo. Así lo asegura la doctora Castaño, del Insituto Palacios, que apunta que “tiene más que ver con la autoestima, la honestidad, la confianza en uno mismo y en la pareja y en las demostraciones de afecto”. Por este motivo, advierte que para construir la intimidad es importante encontrar momentos del día en los que se esté más relajado y evitar cualquier tipo de juicio hacia nosotros mismos o hacia nuestra pareja.

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Una sexualidad sana 

La sexualidad y conocerse a uno mismo o misma en este ámbito, es una asignatura pendiente en nuestra sociedad”, subraya Reme Navarro, farmacéutica y cofundadora de MiFarma. “Es esencial prestarle la atención que se merece, sobre todo en momentos tan difíciles como ahora, en los que vernos y estar junto a otra persona físicamente es tan complicado. El sexo no puede reducirse solo a fechas como San Valentín, porque tener una vida sexual plena también es sinónimo de salud”. Por ello, nos da algunos consejos para recuperar ese deseo.


  • La información es poder. Estar informado sobre sexo también es estar informado sobre salud. De hecho, la educación sexual es esencial hoy en día. “Tenemos que aprender qué es lo más adecuado para nosotros y nosotras en este ámbito porque cada persona es un mundo”, añade Navarro.

  • Utiliza lubricantes. Ya sea contigo mismo o misma, o en pareja, el lubricante puede ser un must en todo acto sexual. Sobre todo en edades más avanzadas. “Es habitual que la transición a la menopausia implique sequedad vaginal”, matiza Reme. “Por ello, los lubricantes o geles estimulantes de Durex, por ejemplo, pueden ser un gran aliado para poder disfrutar plenamente de masturbarse o tener relaciones”.

  • Prueba con los ejercicios de Kegel. Reforzar el suelo pélvico es esencial para tener unas relaciones satisfactorias. Contraer el músculo que utilizamos para orinar durante dos o tres segundos, puede ser un buen ejercicio para mantener tonificada esta parte del cuerpo. También hay productos muy útiles para ello, como las bolas chinas que te ayudan a mantener tonificado el suelo pélvico de forma rápida y cómoda.

  • Usa juguetes sexuales. Este tipo de productos no solo son una forma de llegar al orgasmo, también aportan beneficios significativos para la salud física y mental. Además, son ideales a la hora de aprender más sobre nuestro cuerpo. 

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Más práctica, más deseo 

En la libido es muy importante la rutina; si nos acostumbramos a abandonar nuestro deseo sexual, el cuerpo no lo echará en falta. Los seres humanos somos pura química; nos movemos gracias a las reacciones que ciertas hormonas producen en el cerebro. En el caso del deseo, son indispensables la testosterona, los estrógenos y la progesterona. "Durante el acto sexual, se liberan otras hormonas, como las endorfinas, la dopamina y la serotonina, que son las mismas que se generan cuando hacemos ejercicio o comemos chocolate. El cerebro recuerda la sensación placentera de esas hormonas, lo que le lleva a querer repetir", recuerda Amanda Dutruc de DosFarma. 

 

Por este motivo, una buena forma de recuperar la libido es buscar tiempo para estar en pareja. Planear el encuentro ayudará al principio a que el cerebro recuerde esas sensaciones positivas y, con el tiempo, ya no será necesaria la planificación.

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