La pandemia no nos da respiro. Vivimos, tal vez, los momentos más complicados de esta tercera ola, con la esperanza de las vacunas ya en marcha, pero es fundamental seguir las recomendaciones sanitarias para intentar protegernos y evitar el contagio de la covid-19. Sin duda, las mascarillas se han convertido en nuestro mejor aliado para conseguir frenar la expansión del virus, junto con el lavado de manos y la distancia social. Pero, a día de hoy, siguen surgiendo ciertas dudas y controversias con respecto a las mascarillas que debemos utilizar, en ocasiones motivadas por el cambio en los criterios recomendados por las autoridades. Dudas de 'Primero de Pandemia', que diría la mediática farmacéutica Boticaria García. De hecho, ahora han cobrado protagonismo unas casi desconocidas hasta ahora, las FFP3, que según los datos, su demanda se disparó a finales de la semana pasada un 1.600% en menos de 24 horas, mientras que la demanda de FFP2 se ha duplicado en enero respecto a diciembre de 2021.
¿El motivo? Algunos países, como Austria o Alemania, ya recomiendan la FFP2 para espacios públicos cerrados, algo que se aventura que puede pasar en España, si se siguen los pasos de nuestros vecinos europeos. Y además, desde el Gobierno, ya se empieza a hablar de las bondades de las FFP3, pero ¿para la población general? Ante todo, hay que poner un poco de luz y llamar a la calma, como explica la farmacéutica de PromoFarma Mar Santamaria, que de entrada pide que no se tergiversen las declaraciones de los portavoces oficiales, pues genera un efecto llamada en la población general, que afecta en última instancia al desabastecimiento de los profesionales de la medicina.
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Un aumento de las ventas de FFP3
La pregunta del millón en estos momentos es: ¿Realmente es necesario cambiar la estrategia de protección y tirar a la basura tus antiguas mascarillas? “No hay nada peor en momentos de pánico que alguien gritando fuego”, comenta Mar Santamaria, farmacéutica de PromoFarma. Y esto es lo que ocurrió la semana pasada, en pleno crecimiento de contagios por la covid-19, tras la interpretación parcial de las declaraciones de un portavoz oficial, que inmediatamente se ha trasladado a las ventas de mascarillas FFP3. Como decíamos, en menos de un fin de semana se ha disparado su demanda un 1.600%.
Lo importante, que estén homologadas
Según explica la experta, “toda mascarilla bien homologada está sujeta a estrictos controles de filtración y respirabilidad, es decir, una combinación de características a tener en cuenta para elegir la más adecuada”. Matiza, además, que hay que tener en cuenta que “el uso de mascarillas lleva aparejado otras recomendaciones de protección individual y de protección a los demás, por lo que omitir el resto de consejos implica que las mascarillas pierden eficacia. No necesitas una FFP3 frente a una FFP2, necesitas escoger una que esté homologada y usarla bien”. Coincide con esta opinión uno de los principales virólogos de Alemania, Hendrik Streeck, quien en una reciente entrevista con un medio alemán explica que hay que usarlas "correctamente, de lo contrario no dan mucha más protección que otras mascarillas”. Hay que evitar manipularla en exceso, intentar que esté bien ajustada y usarla las horas recomendadas, sin excedernos ni reutilizarla como si fuera una de tela. Y asegurarnos en nuestra farmacia o canal de venta de que se trata de una mascarilla que cumple los criterios de homologación con el sello CE.
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Entonces, ¿cuál debemos elegir?
Tal y como nos explica Mar Santamaria, “las mascarillas FFP2 y las mascarillas quirúrgicas son las más recomendables en algunas situaciones concretas, pues utilizadas de forma adecuada generan un importante índice de protección”. Así, las mascarillas FFP2 se consideran equipos de protección individual, y tienen mayor capacidad de filtración del aire inhalado frente a las demás (hasta un 92%), además de proteger a las personas de nuestro alrededor, si no tienen válvula. Por este motivo, están recomendadas para el personal sanitario, personas en contacto con enfermos o personas de alto riesgo. Y es entonces cuando hay que valorar su uso en el contexto actual, con los contagios disparados y la existencia de una cepa, como la británica, mucho más contagiosa. En este caso, también pueden ofrecer una protección mayor al resto de la población en espacios cerrados y/o más concurridos, como son por ejemplo los establecimientos comerciales, el transporte público o nuestro propio entorno laboral. Ha de llevarse, eso sí, bien colocada y limpiarse las manos antes de manipularla.
¿Cuándo usar las FFP3?
Tal vez de las que no habías oído hablar tanto es de las FFP3 que, como nos indica la experta, cuentan con un índice de filtración del 98%, y junto con las FFP2 han estado habitualmente vinculadas al ámbito médico o de profesionales que necesitan un altísimo grado de protección en entornos con gran potencial de transmisión vía aérea de patógenos. Por eso, Mar Santamaria recomienda su uso para este tipo de profesionales, y alerta del posible desabastecimiento si el público general trata de acapararlas. Aunque según explica, existen mecanismos de control para evitar esta situación, como circuitos de distribución exclusiva para hospitales, con el compromiso de los fabricantes y mayoristas de dar prioridad a este segmento. Un factor importante, además, es el precio. Según datos que nos aporta la experta, su precio puede llegar a multiplicar por 4 el de una mascarilla FFP2, con una diferencia de protección apenas perceptible para la población general, más aun si seguimos las recomendaciones de distancia física, lavado de manos y colocación adecuada de las mascarillas. Para Mar Santamaria, “el buen uso de una mascarilla quirúrgica en un espacio cerrado puede ser tan efectivo como el de una FFP3, porque nos estamos protegiendo unos a otros; y con una diferencia de precio que supone casi una décima parte, o de un 25% en el caso de las FFP2”.
El uso de las mascarillas quirúrgicas
Y es que, hasta ahora, muchas personas han optado por las mascarillas quirúrgicas (las clásicas azules, para que nos entendamos), que ofrecen un óptimo filtrado del aire exhalado, siempre que nos cubran la nariz y la boca, sin espacios de salida. Así, estamos protegiendo a las personas en nuestro entorno y limitamos la transmisión del virus a través del aire cuando respiramos, hablamos o tosemos. Pero no son reutilizables y también deben cambiarse preferentemente cada 4 horas. En opinión de la farmacéutica, si todos lleváramos mascarilla quirúrgica “bien puesta” el riesgo de contagio se reduciría de forma muy significativa.
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¿Y las de tela?
Hay países que han prohibido su uso en espacios cerrados. Estas mascarillas lavables o de tela (higiénicas), que son una buena alternativa desde el punto de vista sostenible, ya que son reutilizables, protegen menos en ambos sentidos. Fueron un auténtico salvavidas para muchos cuando nos encontramos allá por marzo sin otra alternativa por desabastecimiento de mascarillas. Pero lo cierto es que los expertos coinciden en que proporcionan menor nivel de protección en espacios cerrados o de alta transmisión. Pero sí ofrecen suficiente protección para salir por la calle y en espacios abiertos, pero siempre que se respete la distancia de seguridad con otras personas. En relación a las higiénicas, tenemos que escoger las que cumplen con la norma UNE-0065. En entornos sanitarios o transporte público mejor las FFP2 o las quirúrgicas. Lo que por el momento no se recomienda, explica Mar, “son algunas de las nuevas mascarillas semi-transparentes que se están comercializando como UNE-0065, pues apenas protegen y tienen un índice mínimo de filtración, por lo que estás totalmente expuesto al contagio”.