Cada 21 de enero celebramos el Día Internacional del Abrazo. Sí, precisamente en la semana del blue monday, el lunes más triste del año, en la que más propósitos de año nuevo se dejan de lado, conmemoramos también una fecha, sin duda, tan entrañable desde 1986. La razón de elegir este día de enero es que tras pasar las fiestas de Navidad con la familia, muchas personas sentían cierta depresión al regresar a la rutina de su vida diaria. Sin duda, necesitaban un reconfortante abrazo para superar estas jornadas de días cortos, fríos y con poca luz.
Pero este año todo es diferente y la pandemia de la covid-19 -que va camino ya de cumplir su primer año- lo ha vuelto todo patas arriba, abrazos incluidos. Desde marzo de 2020 nos robaron el contacto social, los besos, las caricias y esos abrazos curativos. Algo que los especialistas consideran que puede influir en nuestra salud mental, como están constatando en sus consultas. “Las cifras en depresiones están en aumento, es lógico por todo lo vivido y no tener contacto físico con nuestros seres queridos influye negativamente en todo ello. Dar o recibir un abrazo posee numerosos beneficios, tanto físicos, como emocionales”, nos cuenta Marta Robles, psicóloga de la clínica López Ibor.
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Beneficios de abrazar y de ser abrazado
Tal vez no lo habías pensado, pero dar un abrazo a una persona a la que quieres o aprecias, sin duda tiene un buen número de beneficios físicos, como nos explica la experta, que los resume en los siguientes:
-Nos ayuda a liberar la tensión del cuerpo, pues cuando abrazamos, relajamos los músculos y ralentizamos la respiración, lo que a su vez produce una reducción de la presión arterial.
-Además, genera serotonina y dopamina que aumentan la sensación de bienestar y felicidad y mejoran la autoestima.
- Pero es que un buen abrazo también mitiga los estados de enfado y ansiedad, reduciendo la producción de cortisol y adrenalina, las hormonas que precisamente se producen en altas concentraciones cuando nos encontramos en una situación estresante.
-Aún hay más, y es que con los abrazos se libera oxitocina, lo que incrementa el vínculo afectivo y emocional con otras personas.
- También estimula la oxigenación del organismo lo que ayuda a prolongar la vida de las células y, por tanto, a prevenir el envejecimiento prematuro.
- Y, por último, también puede ayudarnos a fortalecer el sistema inmunitario al favorecer la creación de glóbulos blancos que son los encargados de combatir infecciones y enfermedades.
Beneficios emocionales
Junto con los beneficios que podemos obtener a nivel físico, sin duda, no hay que olvidar los que nos proporciona un buen abrazo a un ser querido a nivel emocional.
- Cuando tenemos miedo o notamos inseguridad, nos hacen sentir protegidos y con mayor confianza.
- Si tienes la sensación de soledad, son una buena ayuda, pues nos hacen sentir que formamos parte del otro.
- No es extraño que este año hayas tenido sensación de tristeza. Ante este sentimiento, resultan reconfortantes, sintiéndonos apoyados y comprendidos.
- También ayudan a mejorar la autoestima, porque tal y como nos detalla la experta, nos proporcionan la sensación de ser especiales y ser amados.
- Si ha habido un enfado, son una buena herramienta para sellar una reconciliación sin tener que añadir nada más.
- Cuando estamos alegres por un motivo y compartimos esta sensación tan placentera con un abrazo, aumenta nuestra sensación de bienestar.
- Y no podemos olvidar los abrazos sin palabras, en los que cada persona da y/o recibe según sus propias necesidades, lo que hace precisamente que el abrazo se convierte en justo lo que necesitamos.
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¿Podemos ‘abrazar’ de otro modo en tiempos de covid?
La mayoría, cumpliendo las recomendaciones sanitarias, llevamos meses sin abrazar a muchas personas (salvo a nuestros convivientes). Una situación que a muchos se les está haciendo muy cuesta arriba, sobre todo porque no vemos cuándo por fin podremos retomar esta sana y tan beneficiosa costumbre. “La covid-19 ha hecho que el contacto físico, algo que era tan habitual en nuestras interacciones, se convierta en una práctica de riesgo. Debemos evitar abrazarnos justo cuando, probablemente, más lo necesitamos. Pero, podemos hacerlo, diferente, pero podemos conseguir lo beneficios del abrazo de forma distinta”, afirma la psicóloga.
¿Abrazar sin tocarnos?
Por eso, nos resume algunas opciones que nos permiten abrazarnos sin ni siquiera tocarnos, al menos hasta que consigamos vencer al virus. Hay alternativas:
- Con las palabras: sin duda, son una de las armas más poderosas que tenemos a nuestro alcance. Se trata de poner voz a lo que queremos transmitir cuando nos abrazamos: un ‘te quiero’, un ‘gracias, amiga’… nunca están de más
-Recurriendo a la mirada: sin duda es una gran aliada en estos momentos, que nos ayuda a conectar emocionalmente. Mantener el contacto visual ayuda a enfatizar lo que estamos comunicando por cualquier otro canal.
- Aprovecha la sonrisa: sí, sabemos que no es intercambiable con un abrazo y tiene sus propios y distintos efectos, pero sonreír y/o recibir una sonrisa resulta sumamente beneficioso y produce complicidad con el otro. Llevamos mascarilla, es cierto, pero cuando sonreímos se percibe y se siente.
- Gracias a los gestos: hay muchos a tu alcance que transmiten mucho, casi tanto como un abrazo. Solo hay que pensar en el choque de puños de Obama y Kamala Harris en la toma de posesión de Joe Biden. Fue casi como un abrazo. Abrir los brazos, llevar una mano al corazón, lanzar un beso con las dos manos, abrazarse a uno mismo en presencia del otro… tienes mil opciones a tu alcance para intentar plasmar esa cercanía
- También pueden echarte una mano las nuevas tecnologías. Ya que las tenemos a nuestro alcance, aprovechémoslas: podemos lanzar abrazos virtuales, o buscar los emojis, gifs o stickers más apropiados para transmitir lo que queremos en ese momento.
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Los abrazos volverán
Tenemos, además, que pensar que todo esto es algo temporal. Nada duda para siempre, la pandemia tampoco lo hará. Por eso, los abrazos volverán. “Estos son consejos para sustituir los beneficios del abrazo, pero el abrazo real volverá, ya que el contacto físico forma parte de nuestra esencia, esto es algo temporal. Ojalá este jueves 21 de enero sea el primer y último Día Internacional del Abrazo en el que no podamos estrecharnos”, concluye la psicóloga.