‘Me ha salido mal el examen’, ‘No creo que me elijan para ese trabajo’, ‘Esto saldrá mal’… ¿Te suenan? Sin duda, frases que seguro que has oído en alguna ocasión y que se pueden relacionar con una personalidad pesimista. “Estas personas tienden a mostrar un carácter frío y sin tapujos, ven la realidad de las situaciones de una forma cruda y con un pronóstico desagradable, rechazando así el aliento de personas con una visión más optimista”, nos cuenta Mar Araujo, psicóloga de Mundopsicologos.com.
“Prefieren plantearse el peor de los escenarios para no sentir de forma tan intensa la decepción y las emociones desagradables que conllevan los golpes, por ello parece que los resisten mejor. Además de victimistas, muchas, terminan por padecer indefensión aprendida, el término se refiere a que creen que, hagan lo que hagan no pueden cambiar la situación ni tienen ningún tipo de control sobre su vida, por ende, muestran poca esperanza y optimismo, lo que les lleva a este estado de “NO REACCIÓN” y resignación”, añade la experta sobre los rasgos más característicos de una persona pesimista.
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¿Podríamos decir que el pesimista nace o se hace?
Le planteamos a la psicóloga si una persona pesimista puede ir desarrollando esta característica en su personalidad a lo largo de su vida por distintos motivos. “En la mayoría de los casos, el pesimismo está vinculado a procesos químicos cerebrales que impiden la toma de decisiones con claridad. También existen componentes genéticos y hereditarios, pero, además, son rasgos de personalidad que se van forjando desde la infancia y los acontecimientos vividos y no tenemos que confundir con ningún trastorno o enfermedad”, nos explica, y detalla que la educación, la familia o el contexto en el que se crece son claves y determinan el tipo de herramientas o recursos que se tendrá para afrontar los acontecimientos desagradables en un futuro. “Por ejemplo, un es mucho más fácil que un niño que no ha recibido apoyo en su infancia, se le ha infravalorado y ha vivido constantemente la desaprobación y el rechazo, muestre una personalidad más pesimista que un niño al que se ha animado y acompañado en momentos complicados, así como reconocido su esfuerzo y logros”, nos cuenta Mar Araujo.
¿Suele ir el pesimismo asociado a la tristeza?
Sin duda, una persona pesimista puede tener más momentos de tristeza que una persona que no lo es. La experta confirma esta asociación entre ambos rasgos. “Los sentimientos de desesperanza, de falta de motivación y aspiraciones se asocian a la tristeza y crean un estado emocional general negativo”, nos explica.
Pero, ¿es siempre algo negativo tener una personalidad pesimista? “Puede que la persona con estos rasgos esté acostumbrada a esta sensación y manera de funcionar con el mundo, por ello no le provoque problemas serios y haga una vida normal. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que tampoco es positivo tener esta perspectiva desagradable sobre las cosas, ya que genera malestar y por supuesto, una persona optimista y alegre tendrá un estado emocional mucho más positivo y satisfactorio”, nos explica.
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¿Son más inseguras?
Tal y como nos cuenta la psicóloga, las personas pesimistas suelen creer que su percepción es la más realista y esto puede denotar seguridad en sí mismas, sin embargo, el hecho de pensar que las cosas saldrán mal y que no tienen control o capacidad por cambiarlas, puede tener que ver con la inseguridad y falta de confianza en los recursos de cada uno.
¿El pesimismo se contagia?
“Es muy posible que ocurra. Del mismo modo que la risa se contagia fácil, las emociones también, y el hecho de estar durante un buen rato recibiendo estímulos pesimistas y negativos puede conllevar a una sensación de malestar y tristeza”, nos cuenta la psicóloga. Y es que cabe destacar que algunas personas son más vulnerables psicológicamente que otras y, en función de la estabilidad emocional de cada uno, se tardará más o menos en desprenderse de esa sensación desagradable después de haber estado con una persona pesimista.
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Así puedes evitar el pesimismo
¿Qué debemos hacer si queremos evitar que el pesimismo nos invada? “Es importante mantener una actitud esperanzadora con respecto a las situaciones que se pueden dar, entendiendo que pueden ser resueltas de forma positiva. Los optimistas lo son incluso cuando las situaciones no son favorables, por ello, ser agradecidos y valorar las cosas buenas que nos ocurren, así como mantener la confianza y capacidad de influencia sobre uno mismo, son claves para que el pesimismo no nos invada”, nos explica.