Jalea, vitamina D... en estos días de otoño, quien más quien menos se plantea recurrir a estos suplementos para mejorar la salud de nuestro sistema inmunológico. Más aún este año, en el que el miedo ante el contagio de la COVID-19 sin duda influye aún más. Nos preguntamos si son realmente necesarios o es suficiente si llevamos una alimentación saludable y seguimos unos hábitos de vida sanos. “Si nuestra alimentación es saludable y equilibrada, en principio no necesitaríamos de ningún suplemento alimentario para mejorar la salud de nuestro sistema inmunológico. El problema es que con nuestro estilo de vida actual no demasiadas personas se alimentan como deberían, de forma que pueden ser útiles para suplementar ciertas deficiencias de nuestra dieta. Pero mejorar nuestra dieta debería ser una prioridad”, nos cuenta Jorge Domínguez, investigador en el Departamento de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad Radboud, en Nimega (Países Bajos), que participó en el Observatorio Inmunoferon organizado por Cantabria Labs.
Y es que, tal y como nos explica Luz García Toro, farmacéutica y responsable de comunicación de los laboratorios Arkopharma, la suplementación tiene como objetivo complementar la dieta cuando ésta es deficitaria. Esto quiere decir que, si la dieta que seguimos reúne todos los nutrientes, y en las proporciones adecuadas, no necesitaríamos suplementación. "Ahora bien, ¿cumplimos todos esa dieta? Una encuesta recientemente publicada por la OCU arroja resultado que parecen confirmar que no es así. Aunque casi la mitad de los encuestados cree tener unos hábitos de alimentación saludables, apenas un 32% sigue una dieta saludable o muy saludable, comiendo de todo y en las cantidades adecuadas. En esta situación, parece que sí es recomendable ayudar a nuestro sistema inmune. Además, no olvidemos que, en determinadas circunstancias (embarazo, deporte excesivo, los fumadores, etc…) se requieren mayores cantidades de determinados nutrientes que si no lo aportamos con la dieta sería recomendable suplementar”, nos cuenta la experta.
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Este año, ¿son más necesarios que nunca?
Sin duda, una de las preguntas del millón es si son este año más recomendables teniendo en cuenta la pandemia que vivimos. “En general, no más ni menos que otros años. Como he comentado antes, nos ayudan a paliar deficiencias que pueda haber en nuestra dieta y en nuestro estilo de vida. Quizá en relación con un posible confinamiento sería deseable aumentar la ingesta de vitamina D ya que disminuir nuestra exposición a la luz solar durante un tiempo prolongado puede afectar a nuestros niveles de vitamina D activa”, nos cuenta el experto. Eso sí, en opinión de Luz García Toro, este año debemos más que nunca revisar nuestro estilo de vida y tomar más responsabilidad del autocuidado. “Llevar una dieta equilibrada, dormir bien, eliminar el estrés, deporte adaptado a cada persona y hábitos de vida saludable. Además, en función de las características individuales, podremos complementar nuestra dieta con suplementos de vitaminas y minerales, jalea real o incluso plantas medicinales con acción específica en el sistema inmune, como por ejemplo la Echinacea. Sin olvidar, los probióticos. Este año, más que nunca, mantener la microbiota del organismo es fundamental para estar más protegidos”, nos explica.
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¿Qué factores influyen en la salud de nuestro sistema inmune?
Sin duda, en un sistema inmune bien preparado,m podríamos decir que influyen factores internos y externos. "Por una parte, factores genéticos definen las peculiaridades de nuestra respuesta inmunológica y en gran medida las diferencias entre distintos individuos. Por otra parte, los factores externos o ambientales, en los que tenemos gran influencia: una buena alimentación, algo de ejercicio, hábitos saludables, no fumar, no beber en exceso, dormir un número adecuado de horas, mantener unos buenos niveles de higiene, etc. Todas estas medidas se basan en mantener un equilibrio del sistema. Y por supuesto, mantener todas las vacunas al día es fundamental. Este año la campaña de vacunación de la gripe ejercerá una especial importancia para tratar de disminuir la incidencia de esta enfermedad en un sistema sanitario y evitar que coincidan los picos de gripe y COVID-19 el próximo otoño-invierno”, nos cuenta Jorge Domínguez.
Y es que lo que está claro es que nuestro estilo de vida juega un papel fundamental. “Así, una dieta deficiente, el estrés, la falta de descanso, la vida sedentaria, hábitos como el tabaco, etc… debilitan el sistema inmune. Todos estos factores pueden ser modificables, por ejemplo, para asegurar el funcionamiento adecuado del sistema inmune, debemos seguir una dieta que aporte en cantidad suficiente tres nutrientes clave: Vitamina C, se encuentra en cítricos, pimientos, fresas, brócoli…, Vitamina D, para ello es importante incluir en la dieta lácteos, pescado azul, huevo… y, por último, el Zinc, un mineral presente en la carne, las legumbres, los frutos secos y las semillas”, nos cuenta Luz García Toro. “Y, muy importante y cada vez más estudiados, los probióticos, ese batallón de bacterias vivas con beneficios para la salud, entre ellos, estar en primera línea de defensa del organismo. Lo encontramos en el yogur y otros alimentos fermentados como el chucrut, kéfir… Además, controlar el estrés, dormir el número de horas adecuadas y evitar hábitos tóxicos contribuyen a asegurar un funcionamiento adecuado de la inmunidad. Mención aparte merecen determinadas enfermedades o consumo de medicamentos que pueden alterar el funcionamiento del sistema inmune, en estos casos deben ser gestionados por el médico”, nos dice la farmacéutica.
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¿Cómo nos ayudan los suplementos?
“Nos ayudan a paliar las deficiencias que un deficiente estilo de vida pueda acarrear. No es que lo 'fortalezcan', es que ayudan a su normal funcionamiento”, añade el investigador. “En general, un suplemento debe aportar aquellas vitaminas y minerales que son deficitarias en la dieta, con especial atención a la Vitamina C, Vitamina D y Zinc. La vitamina C mantiene el estado oxidativo de las células y protege frente a respuestas inflamatorias. También estimula las funciones de los leucocitos (células que protegen de las infecciones). Numerosos estudios han mostrado que un déficit de vitamina D está relacionado con un aumento del número de infecciones, en general. Se acaba de publicar un estudio relacionado con la COVID-19 que pone en evidencia la actividad inmunomoduladora y antiinflamatoria de dicha vitamina y que previene la tormenta de citoquinas. Sin embargo, con los datos actuales, no se puede afirmar que un suplemento con Vitamina D prevenga la enfermedad”, nos explica Luz García Toro.
“Por último, el Zinc es un mineral que actúa sobre el segundo nivel de defensa de nuestro cuerpo, más complejo, en el que intervienen células específicas para luchan contra el agente infeccioso. Además, ayuda a mantener la piel y mucosas en buen estado y, por tanto, frenar las amenazas externas. Además, determinadas proteínas, como la apalbúmina presente en la jalea real también han demostrado su mejora de la inmunidad”, añade.
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Elegir el que más nos conviene
Otra de las dudas más habituales es cómo acertar para elegir el que realmente necesitamos. “En esto podría ayudar conocer el funcionamiento de nuestro propio organismo. Realizar análisis de sangre y controles médicos de forma periódica nos ayudará a saber si necesitamos algún tipo de suplemento específico”, nos cuenta. En nuestra farmacia de confianza también pueden echarnos una mano. “Mi recomendación es acudir a la farmacia por dos motivos: los suplementos que vamos a encontrar aquí han sido fabricados por laboratorios farmacéuticos siguiendo estándares de calidad farmacéutica y, además, el farmacéutico recomendará la más adecuada para cada caso en función de dieta, hábitos de vida, otros tratamientos, etc…”, nos cuenta Luz García Toro desde su experiencia profesional.
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¿Pueden tener contraindicaciones en algunas personas?
En general, no tienen por qué tener contraindicaciones, aunque tal y como nos explica el experto, “algunas personas pueden tener problemas asimilando ciertos compuestos. Es importante conocer nuestro estado de salud y realizar controles médicos de forma periódica. Me gustaría destacar que los suplementos en general no serán dañinos, pero que hay que tomarlos de forma razonable, siguiendo las indicaciones del propio suplemento. Si se toman en dosis excesivas también pueden producir efectos no beneficiosos”. Coincide Luz García Toro, que explica que son seguros y eficaces, si se siguen las dosis recomendadas por el fabricante. “Debemos consultar con el farmacéutico en caso de estar tomando otros medicamentos o padecer alguna enfermedad importante. Sin olvidar las posibles alergias que también hay que considerar”, añade la experta.
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