Ajo y cebolla. Junto con el tomate, son dos de los ingredientes más utilizados en nuestra gastronomía. Y es que, ¿quién no ha preparado un sofrito utilizando estos alimentos? Pero además de por su rico sabor, sin duda tenemos que tenerlos también muy en cuenta por sus propiedades beneficiosas para nuestra salud. Y es que, en muchas ocasiones, tenemos alternativas saludables para cuidarnos en la despensa. Hemos pedido ayuda a la farmacéutica Meritxell Martí para que nos ayude a descubrir los beneficios nutricionales de estos productos, pero también para que nos cuente algún remedio casero en el que podamos utilizarlos.
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El ajo: un elevado contenido en minerales
El ajo es un bulbo de plantas liliáceas, considerado una hortaliza. Hay muchos tipos de ajos, rosa, violeta, morado, blanco… incluso lo encontramos de color negro, aunque este último es otro tipo diferente, ya que se obtiene de la fermentación del ajo fresco. El color de la cáscara es el que marcará la diferencia de ajos y el que cambiará cada tipo o aroma. Mientras, los ajetes son los ajos frescos que son mucho más suaves.
Destaca, sin duda, su elevado contenido en nutrientes saludables, como nos explica Meritxell Martí. "El ajo contiene manganeso, vitamina B6, vitamina C, selenio, calcio, cobre, potasio, fósforo y también un alto contenido en yodo. Destacan sus componentes azufrados, entre ellos la Alicina, responsable de su acción y del fuerte o especial aroma que tiene", nos detalla la farmacéutica.
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Aprovecha los beneficios del ajo
Entre las funciones más destacadas del ajo se encuentran las siguientes:
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Desinfectante o bactericida, ya durante la Segunda Guerra Mundial se consumía como preventivo.
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Es también protector cardiaco, ayuda a disminuir la tensión arterial.
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Anti-agregante plaquetario (evita la formación de trombos y actúa como vasodilatador).
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Efecto diurético, que es el que le da la acción para disminuir la tensión arterial.
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Ayuda a controlar los niveles de colesterol.
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Efectivo para resfriados o gripe.
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Mejora la cicatrización.
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Es antioxidante y depurativo cutáneo, sobre todo para disminuir las toxinas como sucede en el caso del acné.
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Disminuye la toxicidad por metales.
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Mejora el nivel de estrógenos en mujeres, por lo que es recomendable en mujeres en la época de la menopausia.
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Remedios caseros con ajo
Meritxell Martí nos da, además, dos remedios caseros realizados con ajo:
1. Mascarilla para el acné y los granitos
Como tiene acción antioxidante, purificante, antibacteriana y antiinflamatoria, es ideal para el acné, por ejemplo. Hay que utilizar:
-Dos o tres dientes de ajo.
-Dos cucharadas de arcilla verde o blanca.
-¼ vaso de agua de rosas.
-Una clara de huevo montada.
Hay que triturar todos los ingredientes, empezando por los ajos hasta dejarlos en polvo, también pueden comprarse en polvo ya, añadir la arcilla y finalmente el agua de rosas. Cuando está todo unido se pone con cuidado la clara de huevo a punto de nieve. Se aplica la mascarilla y se deja 15 minutos. Posteriormente hay que lavarse la cara y aplicarse tónico y una hidratante ligera tipo gel.
2. Para las verrugas
Es tradicional poner una rodajita de ajo en la verruga directamente y taparlo con un film transparente durante toda la noche. Por la mañana, se quita, y se repite durante 6 días. De esta forma, la verruga se seca.
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La cebolla, fuente de vitaminas
Por su parte, la cebolla es también un bulbo y, tal y como sucede con el ajo, hay muchas variedades y cada una tiene más o menos componentes activos y aromáticos. Los flavonoides son los componentes más activos, entre ellos la quercetina. Es muy rica en fibra y particularmente en vitamina C. Tiene un alto contenido en vitaminas del grupo B, como el ácido fólico B9 o la piridoxina B6, directamente implicados en la producción de glóbulos rojos y en la función nerviosa, así como en potasio.
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Funciones más conocidas de la cebolla
La propietaria de Farmacia Meritxell también nos resume cuáles son las principales propiedades de este alimento tan habitual en nuestras cocinas:
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Actúa como antioxidante, como antiinflamatorio natural, y ayuda en la disminución los niveles de triglicéridos, así como del colesterol.
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Reduce la presión arterial, gracias a la quercetina.
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Cada tipo de cebolla tiene diferentes tipos de flavonoides como las antocianinas, altamente antioxidantes.
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Ayuda a controlar el azúcar sanguíneo. De hecho, algunos estudios indican que ingerir 100 gramos de cebolla puede hacer reducir hasta 40 mg/dl de azúcar después de 4 horas.
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Ayuda a mejorar la densidad ósea. Hay expertos que indican que tomar 100 ml de zumo de cebolla diario durante 8 semanas es beneficioso para la densidad ósea en mujeres durante la menopausia.
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Tiene propiedades antibacterianas, sobre todo en el caso de bacterias como la E-coli, S. Aureus, Pseudomonas aeruginosa e, incluso, sirve de ayuda frente a la bacteria H. Pylori.
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Mejora la salud digestiva, ya que es muy rica en fibra y prebióticos como la inulina (que mejora la flora bacteriana del sistema digestivo y la función inmune), y ácidos grasos. Mejora además la absorción de minerales como el calcio.
Un remedio casero: Meritxell Martí nos cuenta que para la piel es muy recomendable el zumo de cebolla. Suele aconsejarse gracias a su contenido alto de vitamina C, vitamina A y vitamina E. Puede usarse directamente como tónico, para activar la piel y dar luminosidad a la piel, pues tal y como nos explica la farmacéutica, mejora también la circulación sanguínea. También se usa como bactericida para evitar la aparición de granitos.
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