Después de tantos meses en casa y ya inmersos en la 'nueva normalidad', es lógico que lo que más nos apetezca sea disfrutar de nuestro tiempo libre más allá del calor del hogar. Sobre todo, ahora que ha llegado el verano, y con él, las altas temperaturas en buena parte de nuestro país. Sin embargo, es evidente que se trata de una temporada estival un tanto atípica, debido a la crisis del coronavirus.
Por un lado, tenemos ganas de disfrutarla, pero, por otro, nos preocupa el hacerlo de una forma segura. Por este mismo motivo, son muchos los que han decidido retomar algunos planes clásicos, como, por ejemplo, el pícnic. Disfrutar de una comida o cena al aire libre se ha convertido en una de las citas más apetecibles de la temporada. Y no sólo porque se pueda organizar en cualquier sitio, desde un parque hasta a orillas del mar, sino porque los expertos no lo desaconsejan.
De hecho, en una encuesta realizada por The New York Times a más de 500 epidemiólogos, cerca de la mitad apuntaba a que sí lo contemplaban como un plan factible.
Si tú también te animas, te contamos todo lo que necesitas para preparar un pícnic perfecto y muy seguro.
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Planificación y prevención
Lo primero es saber cuántas personas vais a asistir, ya que, en función del número, tendréis que calcular cuánta comida, bebida y utensilios precisaréis. Asimismo, pensad en qué lugar lo organizaréis: en la playa, algún parque…
Elegida la localización, en esta nueva normalidad, debéis tener en cuenta si todos los invitados pertenecéis o no al mismo núcleo familiar. No os olvidéis de que mantener las medidas de prevención emitidas por las autoridades sanitarias resulta fundamental. En caso de convivir juntos, recordad mantener la distancia social aconsejada de unos 1,5 metros, como mínimo. De todos modos, aun perteneciendo al mismo núcleo, es necesario guardar esa distancia con otras personas ajenas que os podáis encontrar.
Y, por supuesto, este kit de debe incluir:
Mascarillas
Su uso, a partir de los 6 años de edad, es obligatorio.
Gel hidroalcohólico
Los expertos han incidido en que lo mejor es lavarse las manos con agua y jabón. Dado que es una comida al aire libre, quizá no haya ningún servicio cerca, así que, a falta de ello, llevaros el gel hidroalcohólico para mantener la higiene.
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Configurar un menú saludable
Por supuesto, éste es un punto primordial: elegir cuál será la comida que os llevaréis. La técnica superior en dietética Paula Pérez nos cuenta que, en general, un menú sano estaría compuesto en su 50% por hidratos de carbono, el 25% serían proteínas y el 25% grasas saludables.
No obstante, “esto variará según las necesidades y objetivos de la persona”. De hecho, en la página web de la Federación Española de Nutrición hay una calculadora online para configurar cuál es el menú ideal para cada persona.
Con respecto a la preparación, también hay que prestar especial atención, y no cocinar los platos con más de 48 horas de antelación. En especial, si se trata de alimentos como, por ejemplo, una tortilla.
No te olvides tampoco de la fruta de temporada, un snack de lo más natural.
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Elegir la fiambrera adecuada
A la hora de guardar la comida es fundamental escoger el recipiente adecuado. La mayoría de las personas se suele decantar por los de plástico, puesto que son más ligeros.
Sin embargo, además de su impacto medioambiental, se trata de una opción muy poco higiénica. Especialmente, si es un plato que tiene aceite, grasas o alguna salsa, ya que limpiarlo completamente es más complicado.
Por otro lado, los envases de cristal, a pesar de que pueden romperse con mayor facilidad y su peso es mayor, son más higiénicos y cómodos. De hecho, se puede comer directamente de ellos.
No obstante, tal y como destacan desde el Instituto Silestone, es seguro introducir ambos recipientes en el microondas, puesto que sólo se calientan las moléculas de agua que se desprenden de los alimentos.
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Salsas, ¿sí o no?
Es una de las grandes dudas. Lo mejor es evitar aquellas elaboradas con huevo, como, por ejemplo, la mahonesa, considerada un alimento de alto riesgo. Y es que si se mantiene a temperatura ambiente y no en el frigorífico, bacterias como la salmonella se reproducen muy rápidamente con el calor, y ésta en concreto produce la conocida salmonelosis.
Por este motivo, Paula Pérez nos comenta que mejor optar por otras como, por ejemplo, el humus, hecho con garbanzos. Asimismo, se recomienda que la salsa se eche en el plato justo antes de ingerirlo, evitando contaminaciones cruzadas y que los alimentos se oxiden.
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Hazlo vistoso
Siempre se ha dicho que los niños comen por la vista, pero lo cierto es que los adultos también.
No sólo saboreamos los alimentos, sino que otros sentidos como el olfato o la vista también están implicados en este proceso, tal y como explican desde la Federación Española de Nutrición.
Por este motivo, tanto si asistirán al pícnic niños pequeños como si no, se debe procurar que, en la medida de lo posible, los platos sean coloridos y agradables visualmente. De esta manera, la experiencia será insuperable.
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Lácteos, ¿por qué no?
Pese a la creencia común, sí pueden llevarse lácteos en la cesta de pícnic. Se recomiendan los quesos curados, antes que los frescos, así como los postres o lácteos industriales, en lugar de los hechos en casa, porque se conservan mejor. En especial, en verano, debido a las altas temperaturas características de esta temporada.
No obstante, también podéis haceros con una pequeña nevera portátil para guardarlos cómodamente.
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Todo se reutiliza
El desperdicio de comida es uno de los grandes problemas de nuestro siglo. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estima que España es el séptimo país que más alimentos tira de la Unión Europea. El desecho alimentario se incrementó en casi un 9% en 2018. Es decir, más de 1.330 millones de toneladas de comida cuyo destino final fue la basura.
Y no sólo es un problema económico, sino medioambiental, ya que el desperdicio de alimentos representa cerca del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En definitiva, si al final os sobran alimentos, lo mejor es guardarlos y aprovecharlos para consumirlos en casa. Eso sí, es muy importante no congelar las salsas para evitar cualquier intoxicación alimentaria.
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