Los amantes de los perros 'gigantes' adorarán al gran danés, un can tan grande como fuerte, musculoso y elegante. Tanto es así que, la Federación Cinológica Internacional lo cataloga como el 'Apolo entre todas las razas'. Los orígenes del gran danés, también llamado dogo alemán o alano alemán, se remontan a 1880 cuando, durante una exposición llevada a cabo en Berlín, se establece el primer estándar para el dogo alemán. En sus inicios era un perro de pelea y un cazador agresivo, con un temperamento rudo y desapacible, pero, con el paso de los años, se ha transformado en un animal de trabajo amistoso, tranquilo y sumamente juguetón, adecuado para familias de todo el mundo.
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Enormes, fuertes y elegantes
El peso y tamaño del gran danés no tiene comparación. Los machos pueden superar fácilmente los 80 cm de altura y pesar entre 45 y 80 kilos, mientras que las hembras, ligeramente más pequeñas, pueden alcanzar los 74 cm y pesar entre 45 y 60 kilos. A pesar de sus enormes dimensiones, no se trata de un animal torpe, sino todo lo contrario. Tiene un cuerpo largo, musculoso y proporcionado, así como un aspecto que irradia fortaleza, seguridad y elegancia. Además, esta raza canina destaca por tener una cabeza estrecha y plana en la parte superior, en armonía con su apariencia general, una trufa bien desarrollada, un hocico profundo, un cuello largo y musculoso y unas orejas medianas caídas por naturaleza.
El pelaje del gran danés es corto, duro y brillante, de textura áspera al tacto. Se presenta en distintos colores, todos válidos y reconocidos.
- Leonado: un tono dorado que puede ser pálido o intenso
- Atigrado: color leonado con rayas que se extienden por todo el cuerpo
- Arlequín: blancos con manchas salpicadas de negro
- Negro azabache: puede presentar algunas manchas blancas en el pecho y en las patas
- Azul: tono azul acero oscuro, permitiéndose también marcas blancas en el pecho y las patas
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Un gran corazón
Tras una robusta apariencia, estos perros esconden un gran corazón y una naturaleza amistosa. Son amigables, cariñosos y devotos de sus dueños. Valoran la compañía y no toleran la soledad, por lo que requieren numerosas atenciones y cuidados. Además, son muy protectores, juguetones y cercanos con los más pequeños, por lo que son idóneos para familias con hijos. También se llevan muy bien con otros canes, con los que intentarán jugar, pero nunca metiéndose en 'líos'. Son fáciles de adiestrar, aunque se deben entrenar desde cachorros y de forma constante.
El gran danés, considerado por los expertos como 'el perro faldero más grande del mundo', se adapta muy bien a vivir en el interior de una vivienda por su temperamento tranquilo, pero tiene unas necesidades completamente distintas a los canes de menor tamaño. Alimentar a este animal es costoso, al igual que necesita más espacio y ejercicio que, por ejemplo, un chihuahua.
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