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Covid-19: desmontando los bulos más habituales sobre el coronavirus


Actualizado 13 de abril de 2020 - 14:57 CEST
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Estamos viviendo unos días en los que la sobreinformación sobre el coronavirus es constante. Nos llegan noticias, datos, previsiones por diferentes vías, desde los medios de comunicación a las redes sociales. Y no son pocos los bulos o las medias verdades que surgen estos días en los que el Covid-19 se han convertido en el eje en torno al que gira todo. Por este motivo, el Instituto #SaludsinBulos ha firmado un acuerdo de colaboración con la Sociedad Española de Inmunología (SEI) para intentar hacer frente y poner freno a los bulos sobre la pandemia que se difunden, sobre todo en redes sociales, y que tanto daño pueden llegar a causar. Y el primer paso ha sido editar un Informe sobre bulos, certezas y medias verdades en Inmunología en el que se analizan algunos de los temas qué más se están compartiendo en redes sociales y que generan dudas en la sociedad. “Desde que se hicieron públicos los primeros casos de pacientes positivos en España, los bulos sobre el coronavirus se han multiplicado a la misma velocidad que la pandemia. Por ello, es una gran noticia poder contar con la labor de los inmunólogos para ayudarnos a desmentir las fake news sobre este virus”, indica Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos. De hecho, dos de las principales redes sociales globales donde se están concentrando muchos de los bulos que están circulando en las últimas semanas han decidido tomar medidas. WhatsApp y YouTube han anunciado restricciones para tratar de frenar la viralización de las noticias falsas sobre el coronavirus.

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La genética de italianos y españoles

“Una de las falsas creencias que más se ha difundido por WhatsApp asegura que españoles e italianos hemos respondido peor al virus porque tenemos la misma genética. Las semejanzas entre los italianos y españoles son más culturales que genéticas”, explica el doctor Alfredo Corell, vocal de la Sociedad Española de Inmunología. “Existen muchos genes que participan a la hora de definir la respuesta inmunitaria de una persona. Hay un andamio o soporte de genes que podríamos llamar ‘sociales’, responsables de que algunas poblaciones respondan mejor que otras frente a una infección, pero hay multitud de genes cuyas variantes modifican nuestra respuesta inmunitaria. Es muy complejo definir cuáles definen la inmunidad de un individuo”, precisa el experto. Así, los expertos matizan que estos genes sociales fueron los responsables de que la “viruela” exportada a América por los colonizadores españoles causara tantísimas muertes (allí no tenían las defensas preparadas para esta infección, que les era desconocida). Pero hay que tener en cuenta además multitud de genes cuyas variantes modifican nuestra respuesta inmunitaria. Por eso, insisten en que es muy complicado definir cuál es el número o grupo de genes que definen la inmunidad de un individuo.

 

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Remedios ¿milagrosos?

Otro de los bulos más recurrentes estos días asegura que los suplementos alimenticios ayudan a curar el coronavirus. “Una vez establecida la infección, ningún suplemento va a ayudar a que sea más leve o a que termine antes. Depende de la evolución de cada uno: algunos la superarán sin enterarse, otros sentirán como un catarro con algo de dolor de garganta. Si los síntomas son peores habrá que llamar al médico, pero no existe ningún suplemento milagroso”, añade el doctor Corell. Y si hablamos desde el punto de vista “preventivo”, como punto de partida los expertos apuntan a que los suplementos alimenticios no son necesarios en personas sanas, que lleven una dieta variada y equilibrada.  

 

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La inmunidad frente al coronavirus

Otra de las grandes dudas es la referente a la inmunidad una vez que se ha padecido la infección. Partimos de que la SEI confirma que el coronavirus genera inmunidad. “Al final de la respuesta inmunitaria de máximo nivel y calidad se producen los denominados ‘anticuerpos’ que no son otra cosa que auténticos misiles anti-virales”, apunta. Pero ahí viene el matiz: “Lo que no sabemos hasta el momento es si esta respuesta será más o menos fuerte/útil y cuánto durará en el tiempo (desde unos pocos meses, o llegar a años como pasa con algunas otras infecciones por virus respiratorios)”, indica.

 

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Vacuna contra la tuberculosis, ¿eficaz?

También se ha hablado de la eficacia de la vacuna de la tuberculosis para proteger contra el Covid-19. Al parecer, investigadores alemanes están estudiando si una vacuna contra la tuberculosis (basada en la original BCG, desarrollada a principios del siglo pasado), podría demostrar eficacia contra infecciones virales del tracto respiratorio, incluyendo también el coronavirus. Para entender la eficacia o no de la vacuna de la tuberculosis en el coronavirus es la denominada inmunidad entrenada. ¿De qué se trata? En la segunda fase de la respuesta inmunitaria se producen anticuerpos, que pueden tener memoria (es la fase de inmunidad entrenada). Sin embargo, estudios recientes aseguran que ya en la primera fase de inmunidad, la llamada innata, algunas vacunas pueden generar un cierto nivel de memoria y crear una respuesta frente a otros patógenos. Para el doctor Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas de Málaga, no hay nada que demuestre que este efecto de inmunidad entrenada pueda funcionar contra el coronavirus. En España se dejó de poner la vacuna de la BCG en los años 80. Precisamente, el grupo de edad que está sufriendo más actualmente el impacto del coronavirus es el que fue vacunado contra la tuberculosis, antes de la década de los 80 del siglo pasado.

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Hay (o habrá) muchas reinfecciones con peores síntomas

Como decíamos, el sistema inmunitario tiene “memoria”. Por lo tanto, cuando respondemos a un agente infeccioso por segunda vez, los expertos apuntan a que lo hacemos mucho más eficaz y rápidamente. Así que es improbable que en reinfecciones por coronavirus suceda justo lo contrario. Esto es también lo que se pretende con las vacunas, que se genere memoria inmunitaria, para que en caso de infección real, estemos preparados. Además, partimos de que muchas reinfecciones aparentes luego no lo son. Simplemente una persona puede dar negativo porque tenga poco virus, aunque todavía no haya terminado de curarse. Así que no es de extrañar una recaída transitoria durante el proceso natural de curación (pasa con muchas otras infecciones). Desde #SaludsinBulos apuntan además que no conviene, además, limitar el hecho de “generar inmunidad” a que se produzcan -o no- los anticuerpos. La respuesta inmunitaria es mucho más compleja que eso, y hay muchas células que se han activado por el camino de la generación de anticuerpos, y que se quedan en nuestro cuerpo vigilando frente a futuras infecciones.

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¿Más infecciones con una mejor respuesta inmune?

Lo cierto es que, pese a las dramáticas cifras, la gran mayoría de los que se infectan con el virus superan la enfermedad con síntomas leves, lo que no hace sino demostrar que el sistema inmunitario frente al coronavirus funciona razonablemente bien. Son, como se ha comprobado, las personas con otras patologías y con avanzada edad las que más sufren infecciones más severas y letales. Pero tal vez también has oído hablar de personas que “responden muy bien y por eso fallecen”. Hay un grupo minoritario de pacientes, que aún no se sabe la razón, pero que desarrollan una híper-respuesta inmunitaria y responden exageradamente al virus. Tanto, que como nos explican los expertos, su sistema inmunitario se salta sus propios controles habituales y es muy difícil reducir esta respuesta. Este grupo de pacientes es muy difícil de tratar y se están buscando múltiples medicinas para intentar controlarlo. Pero desde #saludsinbulos apuntan a que este hecho no justifica decir que “son los que mejor respuesta inmune tienen”. Y matizan que esto es tan falso (y parecido) como decir que los alérgicos son los que mejor respuesta inmunitaria tienen.

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Los kits de diagnóstico rápido basados en anticuerpos permiten un diagnóstico precoz

Los expertos que han elaborado el informe donde se recogen los bulos más habituales apuntan a que no podemos confundir la palabra “rápido” con la palabra “precoz”. Los kits validados de detección de anticuerpos son suficientemente específicos y sensibles sólo a partir del día 6 o 7 después de la infección. Los anticuerpos son uno de los resultados finales de la respuesta inmunitaria. Así que saldrán positivos, pero cuando hayan pasado días de la infección. El diagnóstico de referencia, por lo tanto, es el que detecta los genes del virus (basado en la “PCR”, proceso enzimático que amplifica el material genético del virus). Pero lo cierto es que cuando tenemos poco virus, puede dar falsos negativos. Algo que también sucede con los test de anticuerpos, que también pueden dar falsos negativos en los primeros días post-infección. Pero son kits perfectamente diagnósticos: así podemos encontrar una persona que haya superado la infección o tenga poca cantidad de virus, de modo que den negativo con la PCR y positivo con la prueba de anticuerpos. En resumen: su valor predictivo positivo es bueno (pueden utilizarse para confirmar infecciones) pero su valor predictivo negativo es bajo (no deberían utilizarse para descartar un caso).

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Dióxido de cloro, ¿eficaz?

Otro de los bulos que se desmonta en este informe es el que asegura que el MMS (dióxido de cloro) cura dolencias como la ELA y el coronavirus. “Este es un bulo muy peligroso, porque contiene medias-verdades y las reviste de ciencia. Habla de un producto químico muy similar a uno que está registrado en la Agencia del Medicamento Europea y que se sometió -efectivamente- a ensayos clínicos; tras dos fases de estudio no se consiguieron probar los efectos buscados, y no está autorizado su uso en personas. Además, se habla también de una patente que existe, pero que autoriza a desinfectar con hipoclorito sódico estancias, superficies y utensilios o ropa. No es para su uso en personas”, apunta el doctor Corell.

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