¿Te has planteado alguna vez que la digestión es un proceso que es igual para todos pero que, sin embargo, no todos hacemos de la misma manera? Así, tal y como nos explica nuestra colaboradora, la dietista y nutricionista Marta Lorenzo, hay personas a las que, ya sea por ciertos hábitos a la hora de comer, el tipo de dieta o simplemente por motivos genéticos, les es más difícil tener una digestión normal. Y esto no solo va a influir en la aparición de ciertas molestias, sino que también puede repercutir en la absorción y la nutrición de los nutrientes que forman el alimento. Nuestro objetivo a la hora de alimentarnos es conseguir un equilibrio entre lo que nos aporta el alimento y lo que nuestro cuerpo puede absorber a través de la digestión además de conseguir una digestión ligera y sin molestias.
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Por eso, existen ciertas recomendaciones rutinarias que pueden mejorar nuestra calidad de vida y hacernos sentir mejor:
- Masticar correctamente: es el primer paso dentro de la digestión y fundamental para los procesos siguientes. Es importante descomponer los alimentos lo suficiente como para que los jugos y las enzimas puedan actuar para digerir el alimento.
- Comer despacio: en los tiempos que corren, este es uno de los mayores errores a la hora de comer. Debido al estrés y las prisas constantes, dedicamos poco tiempo a las comidas, lo que hace que se dificulte la digestión y, en consecuencia, aparezcan gases.
- Intentar comer en un entorno agradable.
- Evitar beber durante las comidas: el exceso de líquido dificulta la digestión haciéndola más pesada.
- Evitar mezclar muchos alimentos diferentes porque ralentizan la digestión.
- Evitar las frutas y dulces fríos de postre.
- Hacer cenas ligeras. La comida y el desayuno deben ser las comidas copiosas del día, ya que el aparato digestivo está más preparado para digerir este tipo de comidas. Una cena demasiado abundante lo único que puede provocar es una mala digestión.
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Enzimas que ayudan a mejorar la digestión
Estos son hábitos que debemos mantener en nuestro día a día y que pueden ayudarnos a prevenir múltiples molestias. Pero no solo es importante cómo comemos, sino también cómo mezclamos esos alimentos, ya que unos pueden mejorar la digestión de otros gracias a las llamadas enzimas naturales que los forman. Las enzimas son compuestos que se encuentran en nuestro organismo y que ayudan a la descomposición de los nutrientes que forman los alimentos (proteínas, hidratos de carbono y grasas) durante la digestión, en otros más simples para la obtención de energía. Pero existen casos en los cuales el organismo no consigue producir estas enzimas y, en consecuencia, no se digiere correctamente los alimentos, dando lugar a trastornos digestivos como pueden ser gases, hinchazón, dolor abdominal o insuficiencias nutricionales.
Por eso, si estas enzimas las aportamos de forma natural a través de los alimentos, podemos ayudar a mejorar las digestiones para facilitar la descomposición de los nutrientes. En todo alimento existe un nutriente que se encuentra en mayor proporción, y es este el que debemos tener en cuenta para entender qué alimentos van a facilitar su digestión:
Proteínas
Los alimentos que pueden mejorar la descomposición de las proteínas pueden ser:
- Piña: contiene una enzima llamada bromelina, que ayuda a la digestión de las proteínas, descomponiendo estas en otros compuestos más simples denominados aminoácidos. Mezclarla con carne o pescado puede favorecer su digestión.
- Papaya: también ayuda a la descomposición de este nutriente gracias a la enzima papaína, por lo que ayuda a mejorar su digestión y a evitar los gases y estreñimiento.
- Kiwi: contiene una enzima llamada actinidina, que nos ayuda a digerir, además de las proteínas, el gluten.
Grasas
- Té verde y rojo: ayuda a asimilar las grasas, favoreciendo su digestión. En caso de querer bajar el porcentaje de grasa corporal, se recomienda tomarlo 30 minutos después de cada comida.
- Aguacate: a pesar de ser un alimento graso, gracias a su contenido en una enzima llamada lipasa, digiere las moléculas de grasa en otras más pequeñas.
- Zumo de limón: neutraliza los ácidos de nuestro estómago y ayuda a digerir las grasas además las proteínas.
Hidratos de carbono
- Mango: esta fruta contiene una enzima llamada amilasa que favorece la digestión de los hidratos de carbono. Pero solo es efectiva cuando esta está madura.
- Miel: es un alimento rico en general en enzimas digestivas, que puede ayudar a digerir todo tipo de nutrientes.