La piel es tan sensible a lo que ocurre a su alrededor que raramente se queda impasible cuando se expone a algún agente externo. Por ejemplo, cuando hace frío se nos pone la piel de gallina, o cuando nos exponemos durante un tiempo muy prolongado al sol sin protección, la piel enrojece e, incluso, reacciona con unas molestas y desagradables ampollas. Ocurre lo mismo cuando la dañamos: se defiende y responde a la agresión con una huella para toda la vida. Así aparecen las cicatrices, un tejido fibroso que puede formarse por diversas razones: una infección, cirugía, lesiones o inflamación del tejido.
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Características de una cicatriz
Las cicatrices, de alguna manera, son señas de identidad de la persona. Se caracterizan por ser una part ede tejido sin vello, ni glándulas sebáceas, ni células pigmentarias. De ahí que el color y el aspecto de una cicatriz sea distinto al resto de la piel.
Asimismo, su apariencia puede variar según el tipo de piel del paciente, la localización de la agresión, la dirección de la herida, el tipo de lesión, la edad e, incluso, el estado nutricional del paciente.
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Tipos de cicatrices
Existen diferentes tipos de cicatriz:
- Cicatrices normales: la herida se ha curado perfectamente y la cicatriz es fina y casi con el mismo tono que el resto de la piel.
- Atróficas: suelen responder a las huellas que deja el acné o algún proceso infeccioso como la viruela. Pueden reconocerse porque tienen el aspecto de pequeños hoyuelos. Esto es debido a que no se ha producido la suficiente cantidad de colágeno para formar nuvas fibras de tejido para que esa herida tenga el mismo aspecto que el resto de la piel.
- Hipertróficas o queloides: en algunos pacientes, tras una intervención quirúrgica, generalmente, la herida cicatriza con un exceso de colágeno. La piel se eleva y adquiere un tono púrpura o rojo. Son las cicatrices conocidas como hipertróficas. Estas pueden producir dolor y escozor. Las queloides son más abultadas.
- Contracturas: se pueden producir por quemaduras. Se originan cuando se daña y pierde una zona grande de piel. En el proceso de cicatrización, los bordes de la piel tienden a unirse y se genera una zona de piel tirante.
Técnicas para 'eliminar' cicatrices
Dado que, como vemos, cada persona cicatriza de forma diferente, existen diferentes tipos de tratamientos para tratar las cicatrices. Por ejemplo, y según explica el doctor José Luis Ramírez, dermatólogo de la Clínica Dermatológica Internacional, en las atróficas, caracterizadas por la ausencia de tejido, "el objetivo de los tratamientos es conseguir “rellenar” el defecto de tejido, ya sea con ácido hialurónico inyectado o estimulando la formación de colágeno propio, por medio de láseres fraccionados".
Para tratar las cicatrices hipertróficas o queloides, que se caracterizan por el exceso de tejido, se intentará "disminuir la cantidad de tejido, para lo cual, generalmente, se lleva a cabo un combinado de crioterapia, infiltración de corticoides, láser vascular para mejorar el eritema o rojez, que suele aparecer en este tipo de lesión, o láminas de silicona de tensión sobre la cicatriz", indica el experto, especializado en la eliminación de cicatrices.
En ocasiones, la extirpación quirúrgica de la cicatriz será el mejor tratamiento para eliminarla. Pero, tal como recuerda el doctor "es importante valorar si el paciente cicatriza mal o tiene tendencia a producir queloides ya que en estos casos esta técnica no será buena opción".
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Cómo cuidar una cicatriz en casa
Para conseguir evitar o disminuir una mala cicatrización es importante que los cuidados de una herida tras una cirugía empiecen desde antes de la retirada de los puntos:
- No expongas la herida a cambios bruscos de temperatura ni a temperaturas extremas como solarios, saunas o fríos intensos.
- No expongas la cicatriz directamente al sol. Y, de hacerlo, utiliza protectores solares de índices elevados.
- En la medida de lo posible, evita los movimientos bruscos de la zona herida. Cuanto más tiempo permanezca en reposo, más fácil será la regeneración de los tejidos de la piel.
- El uso de parches reductores de cicatrices o de productos hidratantes (rosa de mosqueta, geles de silicona…), pueden ayudar a mejorar el resultado estético final.
- Ciertos aceites, como el de la rosa mosqueta o el de aloe vera, pueden ayudar a mejorar el aspecto de la cicatriz. Sin embargo, si estás utilizando apósitos, no te apliques cremas ni aceites. Puedes hacerlo cuando hayas cumplido el tratamiento. Consulta, además, con tu ginécologo por si hay alguna contraindicación.
- Las cremas con corticoides pueden ayudar a disminuir el picor que genera la cicatrización