Aunque parezca una extravancia, lo cierto es que, psicológicamente, decidir celebrar el compromiso de quererse y respetarse tiene sentido. En realidad, se trata de un día en el que compartimos con nuestros seres queridos la alegría de estar vivos y la importancia de no dejarse siempre para el último lugar. Y, por qué no, una perfecta excusa para hacer realidad un sueño