Tener déficit de vitamina D no es extraño
En España el 60 % de la población adulta lo padece y eso que es uno de los sitios de Europa donde más horas de sol disfrutamos. El 90 % de la vitamina D proviene de la luz solar, solo el 10 % restante de la dieta alimenticia.
En adultos, la carencia de esta vitamina está relacionada con el mayor riesgo de padecer osteoporosis, neumonía o debilidad muscular. Incluso se lo asocia con el cáncer de colón, de mamá y la depresión.
Si durante los meses de frío te resulta más difícil pasar tiempo al aire libre, procura ayudarte de estos alimentos para mantener el índice de vitamina D acorde con tu bienestar. Ten en cuenta que la vitamina D está relacionada con el correcto funcionamiento del organismo al intervenir en procesos fisiológicos como la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio en los huesos. El riesgo a sufrir osteoporosis o fracturas disminuye con un porcentaje alto de esta vitamina.
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Aceite de hígado de bacalao
El aceite de hígado de bacalao contiene altos niveles de ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA) y de vitaminas A y D. Si, durante tu infancia, has consumido la emulsión de Scott, es probable que aún tengas presente su sabor desagradable. Desde hace un tiempo existen los aceites de hígado de bacalao emulsionados con aromas como limón o naranja, no obstante sigue siendo un concentrado de gusto fuerte. El consumo de este aceite puede aliviar la rigidez y los dolores musculares.
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Pescado azul
El pescado azul proporciona muchos beneficios si lo incorporas a tu dieta. Es rico en Omega 3, ayuda a bajar el colesterol y es un alimento alto en vitaminas y minerales. La vitamina D la encontrarás en el atún, la sardina, el salmón, la trucha, la caballa, el cazón y los boquerones.
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Marisco
Los mariscos tienen una alta concentración de propiedades beneficiosas para el organismo.. Son bajos en contenido graso, aunque algunos favorecen el aumento del colesterol, y altos en nutrientes y vitaminas. En cuanto a la vitamina D, la encontrarás en la mayoría de ellos, esta clase de alimento contiene pocas calorías.
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Hígado de pollo o ternera
Se encuentran dentro de los productos de origen animal y sin procesar que aportan una alta cantidad de nutrientes a nuestro organismo. Tal vez, hayas escuchado que el hígado ayuda con la falta de hierro y para fortalecer el sistema inmunológico. Además de vitamina D contiene gran cantidad de vitamina B12 y vitamina A.
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Lácteos
Los alimentos ricos en vitamina D son muy favorables en la infancia y a través de los productos lácteos su consumo es más ameno. La ingesta de vitamina D a través de la leche, los yogures y los quesos regula el desarrolla de la masa ósea e interviene en la correcta absorción del calcio.
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Huevos
Los huevos de gallina son una fuente natural de vitamina D. Su uso es tan sencillo y habitual en cualquier dieta que en algunos laboratorios intentan potenciar esta vitamina ubicando en los techos de las granjas lámparas UV.
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Setas
Las setas no solo son un suplemento alimenticio fundamental para cualquier dieta sino que también, proporcionan una alta concentración de vitamina D. Puedes encontrarla en los hongos y también en los extractos de estos. Son buenos para prevenir algunos cánceres como el de colón, de mamá y el de próstata.
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Aguacate
Algunos estudios ponen en duda la cantidad de vitamina D que puede contener el aguacate. Siempre se le ha tenido como la mejor opción de ingerir estas vitaminas, si no comes pescado.
Germen de trigo
Con este producto existen las mismas dudas que con el aguacate, algunos investigadores sospechan de cuánta vitamina D aportan a nuestro organismo. Es una de las fuentes naturales de esta vitamina más consumida y utilizada.
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Champiñones
El consumo de estos alimentos es tan sencillo y fácil que se vuelven imprescindibles en la cocina, especialmente en los meses frío que no aprovechas tantas horas de sol. Como ocurre con los huevos, algunos cultivos los someten a radiaciones de rayos UV para aumentar el contenido de vitamina D.
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