Suele ocurrir que, la conciencia que hemos tomado sobre el problema medioambiental que vivimos, nos lleve a relacionar cualquier fenómeno meteorológico con el cambio climático. Lo cierto es que los hechos aislados no deberían mezclarse siempre con la emergencia climática. Lo que no significa que muchos de los fenómenos extremos sean consecuencia de este cambio.