Las máquinas que siempre estuvieron ahí
A la hora de entrenar debemos buscar una combinación equilibrada entre el ejercicio cardiovascular y el de fuerza, y una buena forma de conseguirlo es con el trabajo con máquinas.Se trata de máquinas que llevan décadas en las salas de musculación de los gimnasios de todo el mundo. Son seguras y efectivas, y si las utilizamos correctamente y con constacia notaremos en poco tiempo buenos resultados. Es cierto que a veces pueden parecer un poco frías, o que solo las utilizan los que lucen un cuerpo fitness casi de anuncio, pero están ahí para que tú también las utilices y les saques todo el partido.
Abductores
Con esta máquina, pensada para poner en forma tus abductores, el principal cuidado que has de tener es el de no lastimar tus rodillas. Para ello mantén los pies bien fijados en los estribos y no utilices demasiado peso al principio y ya lo irás aumentando poco a poco.
La bicicleta estática
Es perfecta para realizar un trabajo cardiovascular con un impacto bajo en las articulaciones. Además de tonificar los gúteos y las piernas, también nos ayuda a fortalecer las dorsales y a cuidar de la espalda. Antes de empezar a pedalear comprueba de pie, junto a la bici, que el sillín te queda a la altura de la cadera, de manera que al pedalear no llegues a estirar nuca del todo las piernas, ni se doblen tanto que toquen el manillar.
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La cinta de correr
Antes de empezar asegúrate de que conoces bien su funcionamiento y sabes apagarla correctamente. Comienza despacio, aumenta progresivamente la velocidad, y disminúyela de la misma manera al terminar. Al correr debes mantener la espalda recta o con una ligera inclinación hacia delante. Si contraes el abdomen con fuerza, además de tonificarlo, estarás protegiendo la zona lumbar.
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Dorsalera
Es una polea con la que trabajamos la musculatura de la espalda y los bíceps. Lo más importante es que la espalda esté muy recta, ya que no tenemos dónde apoyarnos. La polea, que ha de pasar por detrás de la nuca, no debe estar por debajo de los hombros en ningún momento.
La bicicleta elíptica
Esta bicicleta imita el movimiento natural del cuerpo y es una de las máquinas de cardio que más músculos trabaja. Los pies deben estar siempre en el centro del pedal, y tus zancadas han de corresponderse con tu paso natural. Para aprovechar más todas las virtudes de la elíptica sujeta los remos con las manos y también trabajarán tus brazos. Y si aprietas el abdomen durante el entrenamiento conseguirás que este sea lo más completo posible.
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Máquina de remo
Esta máquina es muy efectiva para quemar calorías y entrenar casi todo el cuerpo. Para utilizarla, ten el talón bien apoyado en el pedal, utiliza las correas para ajustar el pie. Mantén la espalda recta y deja que sean las caderas las que relaicen la flexión y el movimiento. Fija los brazos al cuerpo y asegúrate de que los codos están debajo de los hombroa. Al moverte nunca debes estirar las piernas por completo, ni balancear el cuerpo para coger fuerza.
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Prensa de pierna
Con ella puedes liberar a la espalda del esfuerzo y trabajar tus piernas con más peso que en ninguna otra máquina. Por eso es muy importante usarla correctamente, porque su apariencia cómoda se convierte en su mayor inconveniente y nos puede llevar a una mala postura. Apoya bien la espalda, flexiona las rodillas hasta que formen un ángulo de 90 grados, y desde ahí puedes empujar la carga, asegurándote de que no sea excesiva.
La stepper
Esta máquina se centra en el entrenamiento de las piernas a la vez que nos permite realizar un ejercicio cardiovascular con un bajo impacto para las articulaciones. Empieza con poca resistencia, que podrás ir aumentando progresivamente y procura mantener en paralelo las rodillas, sin que se abran nunca, para evitar dañarlas.
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