Es difícil resistirse a un dulce bocado, a la tentación del azúcar. Sabemos que hemos de darle a nuestro organismo glucosa a través de la frutas enteras, de hortalizas como la zanahoria y la remolacha, de cereales integrales o de un poco de chocolate negro. Pero los azúcares refinados que a veces nos embriagan a través de la repostería, de los carbohidratos simples u ocultos en productos ultraprocesados pueden ser adictivos y perjudiciales para nuestra salud.