Si cuando ves que otras personas sufren te sientes aludida y esbozas una lágrima, significa que tu grado de empatía es alto. Este síntoma externo, llorar con cierta facilidad ante las injusticias y los sinsabores de la vida propia o ajena no se queda ahí, sino que denota un proceso mental que significa que te vinculas emocional y personalmente con los problemas, y eso puede resultar un argumento muy favorable para revertirse en una actitud resiliente.