El consumo de usar y tirar es un invento relativamente reciente. Muy pocas generaciones han tenido la costumbre de que todo lo que compran pudiera irse a la basura mañana sin importarles, fue hacia los 80 cuando esta costumbre empezó a generalizarse, y se instauró más profundamente en los 90, hasta llegar a nuestros días, en los que todos los productos de uso corriente tienen un envase de usar y tirar, cuando no es el mismo producto el que está diseñado para durar poco y acabar en la basura.