Los bebés menores de seis meses no deben ir a la playa ni exponerse al sol. Pasada esta barrera, pueden ir a disfrutar con sus padres y hermanos pero con precaución, durante poco rato y siempre bien protegido. No hay que dejarles desnudos puesto que la radiación solar es muy fuerte para una piel y un sistema inmunológico tan vulnerable como el de un bebé.