La mayoría de los cambios tecnológicos que hacen que nuestra vida sea mejor tienen una contrapartida. Este es el caso de los aires acondicionados, que permiten que superemos las temperaturas más tórridas del calendario, pero aunque aportan un beneficio evidente superando el calor, tienen muchos puntos negativos que confluyen en una mayor contaminación, derroche energético y proliferación de hongos.