Ámsterdam (Países Bajos)
Esta ciudad no solo es famosa por su arquitectura impregnada de canales, sino por el esfuerzo que realiza desde hace décadas para mejorar la salud de sus ciudadanos y del planeta, poniendo en práctica medidas que reduzcan la contaminación y sean más sostenibles. Entre las más novedosas está la instalación de más de 50.000 metros de terrados ecológicos que facilitarán que las aves aniden en ellos y funcionarán como sistema de recolección de agua durante las lluvias, y así aprovecharán mejor su reutilización para usos no alimentarios.
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Berlín (Alemania)
La preocupación de Berlín por el medio ambiente no es una cuestión reciente. De hecho, en Alemania la concienciación ecológica es muy profunda desde hace décadas y se demuestra con pequeños detalles, como que los partidos políticos ecologistas suelen ser determinantes en la gobernabilidad del país. El medio ambiente es un tema importante en Alemania, y Berlín se puso manos a la obra en los 90 trabajando para reducir desde entonces sus emisiones CO2. Treinta años después han conseguido que hoy esté reducida en un 75%, y pretenden llegar a un 85% para el año 2050.
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Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
Esta ciudad es pionera en África en cuanto a reducir la huella de carbono. Y no solo eso, sino que ya ha instaurado una red de transporte público sin emisión de huella de carbono, se han popularizado las bicicletas para los desplazamientos individuales y se ha seguido una política energética basada en las renovables, concretamente en la energía eólica.
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Copenhague (Dinamarca)
Desde hace varias décadas la ciudad de Copenhague ha estado en los primeros puestos del mundo cuando se habla sobre sostenibilidad e infraestructuras verdes. Ya es mítica su imagen de un transporte verde basado en las bicicletas, que ha hecho que a día de hoy la mitad de los desplazamientos en carretera de sus vecinos se realicen a dos ruedas y sin generar ningún tipo de contaminación. En la actualidad, ya hay más bicicletas en circulación que coches en la capital danesa. No en vano, el objetivo de Copenhague para el año 2025 es erigirse como la primera ciudad del mundo completamente libre de emisiones de carbono.
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Estocolmo (Suecia)
La capital sueca busca el mismo objetivo que Copenhague, ya que no quiere depender de los combustibles fósiles y se ha propuesto eliminar por completo su huella de carbono. Pero en su caso se ha marcado un objetivo a más largo plazo que la capital danesa. El 2050 será el año en el que no se permitirá ningún tipo de combustión de petróleo o carbón para el funcionamiento de la ciudad. Mientras tanto, el ayuntamiento ya ha puesto en marcha un sistema público de transportes 100% eléctrico y sostenible.
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Reykjavik (Islandia)
Puede que no te hayas planteado visitar Reykjavik, pero si lo haces vas a disfrutar enormemente de sus impresionantes paisajes naturales. Y, además, no solo es una ciudad que se han sumado al compromiso de otras localidades del mundo de acabar con las emisiones de gases para el 2050, sino que es un país tan aventajado en esta cuestión que realmente ya lo cumplen, dado que ahora solo el 0,1% de la energía eléctrica que consumen tiene huella de carbono.
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San Francisco (California)
La ecología no es solo una cuestión de las ciudades europeas más punteras. En el caso de Estados Unidos, a la delantera está San Francisco, la ciudad del estado de California que lleva varias décadas siendo un referente de ecologismo y solidaridad. Entre las iniciativas más importantes de la ciudad está el plan de reutilización del agua de la lluvia y las depuradoras de los hogares para fines no alimenticios. San Francisco, que tiene un clima similar al español, tiene graves problemas de sequía, y el consumo de agua ha sido uno de sus caballos de batalla durante décadas. Fruto de este trabajo, la ciudad está consiguiendo su sostenibilidad respecto al uso del agua y sus sistemas son pioneros y exportables a otras ciudades del mundo.
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Vancouver (Canadá)
Canadá es uno de los países con mayor conciencia ecológica del mundo, no en vano más de un tercio de su extensión son zonas boscosas y de montaña. Los ciudadanos de Vancouver quieren que el aire de la ciudad sea tan limpio como el de la naturaleza. Por eso han puesto en marcha un proyecto de energía hidráulica 100% sostenible que ha reducido drásticamente las emisiones de CO2 y que dota de energía a gran parte de la ciudad.
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