Frutos secos
Los alimentos que hacen trabajar a nuestra mandíbula son saciantes, porque generan en nuestro cerebro el refuerzo positivo de que está en un proceso de ingesta y que, con cada masticación, se calma nuestro apetito. Por esta razón los alimentos exprimidos o filtrados pueden no resultar saciantes cuando sus mismas versiones crudas sí lo son. En el caso de los frutos secos, el trabajo de la mandíbula no cesa, son una alternativa saciante fabulosa porque además son muy nutritivos, aportando minerales, proteínas y ácidos grasos.