Alimentos procesados
Todos los alimentos procesados tienen en común unos niveles muy bajos de agua, pues de esta forma garantizan que su conservación pueda ser más larga, y se cumple así una de las máximas de este tipo de alimentos: rentabilizar su precio con una duración mayor. Pero este hecho, la poca agua que tienen estos productos, produce que nuestra piel se deshidrate y que aparezcan antes las temidas líneas de expresión, arrugas y que tornemos a un color de piel cada vez más amarillo-grisáceo.